Única salida

El inicio

Vagaba por las calles sin nada que hacer, digamos que donde vivía no era muy grande por lo cual no habían cosas muy interesantes que hacer, yo era una chica tranquila y en realidad no iba a muchas fiestas prefería quedarme en mi casa leyendo un buen libro o escuchando la música que tanto me encantaba, no como la mayoría de mis amigos que prefería emborracharse el fin de semana y llegar al colegio con olor a marihuana u otras sustancias ilícitas. Caminé por la el pequeño puente que había cerca de mi casa y vi un viejo libro tirado a la orilla, era viejo y se veía que no lo habían cuidado con mucho cariño en realidad, lo tome en mis frías manos y lo metí en mi mochila, no le tomé mayor importancia ya que por ahí siempre iban a tirar libros o cualquier tipo basura y seguí caminando.

Llegue a mi casa y dejé mi bolso a un lado, Lo abrí y ahí estaba ese libro, lo tome y procedí a llevarlo a mi escritorio, prendí la luz de mi lámpara y lo abrí, al principio no entendí nada y creí que estaba en otro idioma, busqué en internet y nada me pasé 2 horas completas tratando de descifrar si tenía algún código pero nada, me frustré mucho estaba lleno de dibujos y cosas realmente extrañas y escalofriantes que a alguien normal le habrían asustado. Desistí de tratar de descifrarlo pero algo en mi moría por saber que decía ese libro.

Abrí lentamente mis ojos ya eran las 7 a.m y tenía que ir a ese estúpido colegio que lo único por lo cual iba era por mis amigos, me levante de mala gana y me vi al gran espejo que había en mi habitación me sentía distinta no tenía idea de porqué pero me sentía diferente a los otros días, miré el libro que ya hacía en mi escritorio y sentí un pequeño escalofrío por todo el cuerpo pero me decidí a ignorarlo y seguir con mi día como normalmente lo hacía. Tome una ducha de 15 minutos, después me vestí, lave mis dientes y me encaminé a tomar desayuno ahí estaba mi madre, ella era la única persona que yo tenía en el mundo y realmente la apreciaba, le bese la mejilla y comí esas tostadas que ella con tanto cariño había hecho para mí.