Capítulo 9: Mi héroe

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Mamá me había enseñado que, si por alguna razón me perdía no me moviera de aquel lugar o que pidiera ayuda PERO no a cualquier persona, si veía a un oficial a él tenia que pedirle ayuda, a otras personas no y creo que por no haber obedecido ahora estoy pagando las consecuencias.

Ahora me encontraba perdida, en un callejón oscuro y había un sujeto dispuesto a hacerme sentir asquerosa otra vez.

Él y sus amigos comenzaron a despojárme de mi ropa sin contemplaciones. La noche es fría y mis huesos ya lo están notando.

-No te muevas -le oí decir a uno de esos chicos. Yo solo me dedicaba a pedir ayuda, ahora me doy cuenta de que no debí salir de la casa de él, Rene también me hace daño pero al menos ya lo conozco.

Yo también estaba dando pelea, si alguien no llegaba se que ellos harán lo quieran conmigo pero si es que lo harán no estoy dispuesta a dejárselos tan fácil, Rene ya me hizo suya a la fuerza y que ellos también lo hagan no me hará sentir peor, ya no.

-¡AUXILIO! -grité lo mas alto posible para que alguien me escuche. El rubio de ojos azules estaba encima de mi mientras los demás le ayudaban a quitarme la ropa. Mi chaqueta la habían lanzado por ahí y mis tenis ya no los tenia puestos, ahora iban por los jeans y la blusa- Aléjate idiota -le di una bofetada al rubio. Tener que lidiar con Rene hizo que me hiciera mas fuerte, tanto física como mentalmente. El chico solo me miró con ira mientras se sobaba el rostro, estaba a punto de recibir un golpe de su parte pero un gran ruido nos sacó a todos de nuestros papeles. Una gran camioneta blanca se detuvo frente a nosotros y todos nos quedamos sorprendidos al ver tal maniobra hecha por la persona que iba manejando, fue tan impresionante la maniobra que pensé que era el mismísimo Toretto de Rápido y furioso.

La puerta se abrió y quien iba manejando bajó, pero no solo él, también otros 2 sujetos.

¡genial! Ahora se unirán otros tres a la fiesta. Mi mala suerte no se acaba.

Los tres sujetos bajaron, iban vestidos de negro, son altos y están armados, no se que clase de armas sean pero son muy grandes. Pantalones, pechera, camisas de manga larga, además traían puestas una de esas cosas que usan los ladrones para que no descubran su identidad ¿pasamontañas Se llaman? No se.
Gafas y al mismo tiempo se las quitaron y las colocaron en un bolsillo del pantalón, esto parecía la escena de una película.

-Ayuda! -dije y todos me miraron. Los chicos que minutos antes me estaban atacando estaban ¿asustados? ¿Entonces los que acaban de bajar no son sus amigos?
De todas formas yo pedí ayuda, tal vez uno de ellos si tiene corazón y me ayuda.

-Déjenla -dijo uno de los sujetos, a ninguno se le veía el rostro pero se que el que habló fue el que iba manejando. Los chicos los miraron y soltaron una carcajada, no se si ellos habrán notado que traían armas grandes idiotas fue lo primero que se me bino a la mente.

-No -dijo el rubio y después se volvió a reír. No se si él sabe con quien se está metiendo ¡¿acaso no ve que están armados?! Si yo fuera él ya me hubiera alejado- Nosotros llegamos primero pero para evitar problemas si quieren se las prestamos, claro, después de que yo la use -¡que le pasa! No soy ningún objeto como para que me usen y me desechen. Debo admitir que tengo miedo y que la presencia de esos 3 hace que la sangre se me congele del miedo  pero también mi sangre hierve de la ira que me provocan los comentarios del estúpido rubio. Simplemente tengo sentimientos encontrados.

-Escucha niño, déjala en paz y aquí nadie saldrá herido -volvió a hablar el sujeto de negro. Su voz se me hace conocida pero no se de quien es-

Dame Tu Cuerpo: Pasión Prohibida [Actualizaciones Lentas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora