23/08/09
P. O. V. Katherine
Ya ha pasado un mes desde que todo sucedió. Por las noches me siento observada, me levanto con rasguños, pero no le tomo importancia.
Hoy me levanté e hice mi rutina de siempre, fui al instituto y estube sola... como era costumbre desde que perdí a mis amigos.
Llegué a mi casa, estube un rato viendo televisión, hasta que oscureció.
No tenía ganas de cenar, así que subí a mi habitación. Me coloqué la pijama, cepillé mis dientes y me acosté a dormir.
3:10 a.m.
Me desperté por un ruido en mi habitación, creyendo que tal vez había acomodado algunas cosas mal y que tal vez se habrían caído, me dispuse a dormir pero no lo conseguí. Tenía la sensación de ser observada, así que inmediatamente encendí la luz de mi lámpara de noche.
Era él... Tim o como era conocido ahora "Masky".
-¿Qu-qué es l-lo que qu-quie-quieres?- las palabras no me salían. Tenía demasiado miedo, sabía lo que él podría hacerme.
Soltó una pequeña risa.
-¿Tienes miedo?- se acercó a mí
-No- traté de ocultarlo pero era imposible y muy obvio.
-Te creeré pero bueno, a lo que venía- me tomó del cuello estrellándome contra la pared.
-Tim...- traté de safarme. Era inútil, me superaba en fuerza.
-Perdóname...- seguido de esto, sentí un dolor en mi abdomen y algo líquido correr por él. Bajé lentamente mi vista y había un cuchillo atravesándolo.
Comencé a escupir sangre.
Nunca pensé que moriría tan joven, pero la verdad es que eso no me dolía... me dolía el hecho de morir a manos de mi mejor amigo, de la persona que tanto quería y con la que quería tener algo más allá de una simple amistad.
-Eres un mentiroso- dije con las pocas fuerzas que me quedaban. Lo acerque a mí y dejé un beso en sus labios sobre la máscara, manchándola de sangre.
Comencé a cerrar mis ojos y todo se volvió negro.
Las personas nunca cambiaran con el tiempo, sólo nos irán mostrando cómo son en realidad.