Habitación para dos

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Ver todo color de rosa por alguna extraña razón hacia que su corazón se acelera. Pueden ser efecto del recuerdo, de los incontables momentos en brazos de aquella chica. Sin duda momento agradable aunque al principio no negaba estar aterrada. El tiempo transcurre sin detenerse jamás, y aunque días sean los que vendrán, siempre estarán en sus corazones aquellas agradables sensaciones de felicidad.

Todo había comenzado como un simple juego, o como ella lo llamaba "practica" pero como sea, el resultado fue el nacimiento de un bonito romance. Akari y Chinatsu hacen de momento una pareja muy adorable.

Chinatsu-chan como ella la llamaba con cariño, fue la primera en dar ese gran paso. Durante un año ella creyó estar enamorada de su senpai, al final se dio cuenta de que lo que ella sentía no era más que simple admiración.

–Akari-chan

Solo escuchar su nombre ser pronunciado par aquella pelirosa que alegremente avanzo hacia ella dentro del salón de clases, bastaba para que su corazón latiera con más ritmo y sus mejillas se ruboricen

–Chinatsu-chan

Quien diría que ese par de chicas un día se convertirían en novias. Himawari quien las veía compartir un casto beso como saludo se preguntó cuál sería el sentimiento que ellas hacen florecer con cada muestra de cariño. Aunque con un sentimiento de incomodidad, no deberían ser tan abiertas con sus sentimientos en frente de toda la clase.

Pero ya que, era cierto que con solo verlas Hima podría soñar despierta con cierta castaña cabeza hueca. Aunque siempre agitaba la cabeza negando sus sentimientos, solo faltaba verlas, Sakurako no era una chica de modales por así decirlo.

–este año será uno muy largo

Ya en el club de entretenimiento la parejita no dejaba de sentirse aún más a gusto consigo misma. Hay veces en las que depende del punto de vista, en este caso la alegría de aquellas niñas también era la alegría de cierta chica gamer.

–son tan lindas

China ya no se le pegaba como garrapata (en el buen sentido) y hasta había empezado a escribir un libro sobre las aventuras nada normales de un personaje inspirado en sí misma. Algo de horror, un poco de misterio y algo sobrenatural, todo como un tributo a aquellas novelas que le dieron buenos ratos dentro de aquel salón del club.

–¿tú crees?

Kyōko no lo tomó muy bien, ciertamente había cambiado el ambiente entre el grupo. Tarde o temprano tendría que pasar, y eso conllevaba a dejar de molestar a Chinatsu, o al menos, no hacerlo enfrente de Akari. Por otro lado estaba la pelirroja que desde que inició su relación con China, su presencia había sido tal que incluso Kyōko había sido ignorada durante semanas.

–si

Al final le dio igual, después de todo, Kyōko tenía a la chica de la coleta tsundere y muy bonita Sugiura Ayano. Así que solo se reclino en su silla y subió los pies sobre la mesa.

–no lo sé, a mí me parece que son demasiado lindas, ¡consíganse una habitación, hay niños aquí presentes!- dijo Kyōko viendo como Akari le daba de comer a Chinatsu

–¡Toshinō Kyōko! Olvidaste entregar tu informe semanal- Irrumpió Ayano en el salón del club

–¡y ya que están en eso,  consiganme una para mí!- volvió a decir Kyōko

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