One-shot

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Rivaille Ackerman corría por los fríos pasillos del camino que lleva al calabozo en el castillo en que se quedaban por seguridad.

Una vez que llegó con la respiración un tanto agitada abrió las puertas esperando encontrarse con la persona que buscaba. Sin embargo, no la encontró, y eso le preocupo mucho. Había escuchado varios rumores que le empezaban a asustar, no los quería creer, no podían hacer eso, no le podían hacer eso.

Volvió a correr, esta vez con dirección a los establos y cuando llegó, tomo su caballo, el que sabía era el mas rápido. Se subió a este y con rapidez empezó a cabalgar hasta donde creía podría estar quien buscaba. Su rostro era serio, frío, pero por dentro se moría de la preocupación y el miedo; si, miedo.

Apenas llego, bajo y sin tomarle importancia a si el caballo se escapaba o no solo volvió a correr. Dentro de la habitación que buscaba pudo escuchar voces, acrecentando sus sospechas y temores. Cuando entró todos los presentes voltearon a verle pero le restaron importancia a él y a su dolor. Entonces lo vió, entre las únicas tres personas que eran juzgadas lo encontró, este le lanzo una pequeña sonrisa para tranquilizarlo, aunque sabía era su fin.

Los otros dos recibieron el castigo que merecían; la muerte. Y cuando estaban por dictar la sentencia de aquel chico de cabellos castaños y hermosos ojos color verde jade una voz se escuchó.

- ¡Eren Jeager no puede sufrir el mismo castigo que ellos! - gritó con seriedad el sargento Rivaille. Todos voltearon a mirarlo sorprendidos.

- ¡Es un titan! - replicó un mercader que estaba presente.

- ¡Y un humano! Uno que nos ha apoyado en esta lucha y que sin él no hubiéramos podido ganar - sentenció firme. Todos empezaron a dudar, pero rápidamente se mantuvieron firmes a lo de un principio.

- Permítanme dictar mi veredicto... - todos escucharon la voz del juez y capitán de las tres tropas - Eren Jeager al ser considerado una posible amenaza para la humanidad, se decide que entregará su vida, pero será marcado en la historia como un héroe que apoyo en la victoria contra los titanes.

Ante eso Eren sonrió con lastima y el azabache que lo defendió estuvo a punto de correr donde el chico y salvarlo así este en contra de todos. Pero se quedo ahí, quieto, confundido, sin saber que hacer. Pues en sus ojos lo había visto. Aquellos que tantas veces había visto.

No lo hagas.

Era lo que reflejaban aquellos hermosos ojos. Pero el chico tenía que hablar, necesitaba pedir algo.

- ¡Esperen! - todos le miraron con cierto temor y desprecio - Solo quiero pedir una cosa, por favor les ruego que quien me quite la vida sea quien desde un principio estaba a cargo de ella. Les ruego permitan que el capitan Rivaille Ackerman sea quien acabe con mi vida - el aludido estaba realmente sorprendido y sufría como nunca antes; aunque su rostro no lo demostrara.

- Se le concede su último deseo por haber sido de gran ayuda sargento.

Entonces el chico suspiro y volvió a sonreir, el capitan fue llamado para estar frente a él, una vez frente a frente saco su espada y la acerco al cuello del menor, pero su rostro tambien se acerco y en su mirada el castaño pudo ver todo el dolor que sentía y con sus labios pronuncio las palabras que lograron derrumbar las murallas del mayor y le hicieron llorar al mismo tiempo que pasaba la filuda hoja por la debil piel de aquella zona.

Te amo, lo siento.

Fue lo último que sus labios pronunciaron, y antes de caer de bruces al suelo el que le había arrebatado toda esperanza de vida y quien le amaba como nunca antes amó a nadie lo atrapó entre sus brazos y lloro como nunca lo hizo, pero era un llanto silencioso que no pudo evitar tener al ver los ojos sin vida de la persona que amaba.

Habían pasado tantas cosas juntos, luchado hombro con hombro y pasado tantos dias en los que su amor desbordaba, un amor en secreto que muchos confirmaban al ver el liquido que caía de los ojos de aquel que siempre se mostraba indiferente con todo. Su frio corazón dominado por quien ahora yacía sin vida en sus brazos se rompía con cada segundo que pasaba.

- ¡Esperen! - se escucho la voz de una mujer bastante agitada, esta miraba el suelo tratando de regular su respiracion. Y cuando levantó la vista, se encontró con aquella desgarradora imagen - Oh no - sus ojos reflejaban dolor; ya que, aunque muchos creían que solo lo quería por su lado titan también le había ganado un gran cariño al chico. Y con la información que estaba por presentar solo sentía más dolor. Se acercó lentamente hacia el azabache que al fin había parado de llorar y su semblante era cada vez mas serio.

- ¿Qué quieres? Cuatro ojos... - preguntó tratando de fingir que nada le pasaba, pero su débil voz reflejaba lo lastimado que se sentía.

- Hay algo que debes saber... - le estiró una hoja de papel que llevaba consigo; las manos le temblaban y lo mismo era para el que los recibió.

Levi suspiró y aun abrazado al inerte cuerpo de su amado leyó la hoja que solo había provocado que las lagrimas volvieran a caer.

- No puede ser... - susurró - ¡¿Por qué?! ¡Le habéis matado! A mi... a mi... - no pudo terminar de hablar, las lagrimas no dejaban de caer y su respiracion se agitaba. Todos veían incrédulos y confundidos la situación. Varios empezaron a hablar en contra de su persona, pero no le importaba.

- ¡Silencio! ¡¿Qué esta pasando?! - exigió saber el juez.

- ¡¿Queréis saberlo?! - gritó la chica que las lagrimas ya habían empezado a caer. Aunque no era la única, varios de los presentes que conocían al chico lloraban por su muerte - Habéis matado al hijo del sargento Rivaille, ¡Él aún no nacía y le habéis quitado la oportunidad de vivir! - gritó realmente dolida y enojada. Todos quedaron en shok. La habitación completa había quedado en silencio y solo se escuchaban los sollozos del sargento. Pero varios se asustaron al escuchar como los sollozos se volvían risas, pero no cualquier risa, era una macabra y delirante.

- Les habéis matado, sufrireis el mismo castigo - saco dos espadas con una mirada psicopata, pero unos ruidos de gas escapando y una rápida mano lo detuvieron.

- No es lo que él querría - hablo firme, pero se podían ver las lagrimas que también derramaba; después de todo, ella era su hermana. El mayor cerro los ojos y gritó con todas sus fuerzas, ya no había nada que hacer; matar a toda esa gente no arreglaría nada. Él ya estaba muerto. Pero no solo. Y con ese pensamiento en mente tomo una de sus espadas, y esta vez no pudo ser detenido cuando la hoja ya había pasado por su propia garganta, la sangre fluye con mucha rapidez tal y como con el otro chico, a quien abrazó antes de caer también sin vida. Y nuevamente varios se echaron a llorar y a ambos siempre se les recordará.

Como dos héroes. Uno que no tuvo miedo de morir aún cuando sabía era injusto debido a todo el bien por el que luchó, y otro que murió al lado de su familia después de defender con su vida el futuro de las demás personas al lado del otro.

Holis :3 espero les haya gustado este pequeño one-shot y si quieren que haga un cap más voten y comenten para saber por que si prefieren un final más feliz tengo algo reservado :D

Sin más ¡Nos leemos pronto!

¡Lo Siento! (Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora