Corría por un callejón sin salida, huyendo de un enemigo totalmente imbatible, invisible, indestructible.
Recuerdo que todo empezó siendo una pequeña pesadilla una noche estrellada de invierno, pero poco a poco fue empeorando, pronto se convirtió en algo diario, y terminé temiendo al sueño, pensaba que moriría si seguía con lo mismo, pero no tardaría en llegar cuando estaba despierta y atenta.
La anemia se apoderó de mí, fui perdiendo fuerzas, mi mente moría a medida que ese sueño venía.
Efectivamente, hablo de la muerte. Cuando era pequeña, soñaba diferentes formas en las que yo moría, ahora siendo mayor siempre sueño lo mismo, sueño negro, sueño que estoy muerta, y temo que algún día me duerma y no vuelva a despertar, temo no poder disfrutar de mi amiga la vida, temo morir durmiendo, morir por un descuido.
He ido a psicólogos, psiquiatras y nada se atreven a decirme, pero tengo asumido que la muerte no tardará en llegar, pero ya estoy experimentada con mis sueños mortales.
Mis padres no saben lo que decirme, así que siempre hago lo mismo, encerrarme en mi cuarto, en mi mente perturbada y cantar la misma canción una y otra vez:
"Canta, canta pequeña,
no te dejes dormir.
Oh no pequeña niña,
no te dejes morir,
recuerda que para vivir,
el sueño no debes sentir".
Solamente me queda esa opción, pero cada vez tengo más sueño, pero tengo miedo a la muerte, tengo miedo a que mi cama sea mi asesina y mi sueño mi verdugo.
Ya no me queda mucho tiempo, quiero dar gracias al mundo a mi naturaleza y a mi tristeza de poder darme una vida, aunque no fuera feliz, pero una vida, una vida inspirada en la muerte, en la que nadie me comprende.
Sinceramente, ya me da igual, tengo demasiado sueño, solo quiero dormir, pero este, será mi sueño eterno.
