El

7 1 0
                                    

4 Años han pasado desde que el está en el paraíso, nos ah desterrado a todos los ángeles de allí, no tenemos hogar, no tenemos amor no hay nada en este mundo vacío donde los humanos se han encargado de hacerlo un infierno mismo.

Donde el hombre mata por dinero, Tortura por placer, Destruye todo lo que mira solo por sentirse superior a cualquier vida en este planeta.

Tan estupidos si supieran que para Dios su vida vale la misma que la de una simple hormiga.

Estoy tan cansada, tan desorientada, tan harta de esta vida asquerosa que tenemos todos los desterrados del paraíso, una vida de prostitución para ganarse el pan de cada día,
Para poder tragar una maldita sobra de comida que nos dan, Tener que hacer esto con personas tan asquerosas e ignorantes que sienten placer por el dolor ajeno, Como odio a los humanos son lo único peor que Lucifer.

Él fue muy claro con sus palabra, solo la persona con el alma más pura podrá salvarnos, pero  ¿Quién en este mundo tendrá la maldita alma pura?

NADIE MALDITA SEA!

Todos los humanos son unas bestias asquerosas, Estupido Lucifer con sus condiciones tan imposibles.

Nadie sabe que fue lo que le hizo a Dios, nadie sabe si lo mato, lo hizo su exclavo, nadie sabe absolutamente nada y después de tanto tiempo dudo que él podrá ayudarnos.

Y como todos los días, en una cama distinta con un Humano distinto, como siempre se quedan dormidos después del sexo, dan asco.

Me fui de ese departamento que huele a rata muerta y decidí marcharme,
Son las 3 Am y hay mucha obscuridad que no se puede ver ni la misma luna,
Para mi hermosa suerte empieza a llover de una manera repentina.

Mejor me siento en la banqueta y miro al suelo recordando los hermosos momentos en el paraíso donde todo era amor, paz , armonía.
No existía el dolor, no había angustia solo podíamos disfrutar de todo.

-Buenas Noches señorita-.

Escucho una voz que me habla, volteo y se trata de un joven de al menos unos 20 años, Tiene un paraguas y está con un suéter en la mano.

-Ya termine mi trabajo por ahora, si quieres algo ven mañana al Prostíbulo de Lucía-.

Dije y me levante para seguir con mi camino hacia mi "hogar"

-No señorita, nada de eso, la noche es muy fría y usted se puede enfermar con esta lluvia y esa ropa tan diminuta, Tome mi paraguas y este abrigo, le hace más falta que a mí, bonita noche señorita-.

Dijo el muchacho dándome el paraguas y su abrigo,
No lo podía creer, ¿Un humano siendo amable conmigo? Esto no se ve NUNCA en los años que tengo aquí.

Sólo miraba como el joven se iva poniéndose su gorro y sus manos en sus bolsillos.

¿Será el?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 13, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Ángeles Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora