Narra la autora:
Karma estaba sentado en la mesa esperando a su peliceleste novio. Llevaban exactamente dos años de relación y hoy era su aniversario. Aunque la relación se había desgastado con el paso del tiempo y el hecho de que cada vez se vieran menos - debido a sus estudios- Karma creía que su lindo Nagisa volvería a ser aquel dulce chico del que se había enamorado. Por eso había preparado una linda cena como la que había preparado para pedirle que vivieran juntos.
Las horas fueron pasando y con cada minuto en el reloj El pelirrojo perdía más la esperanza de ver a su novio. Finalmente después de haberlo esperado por unas 3 horas se escuchó el ruido de la puerta y Nagisa entró tambaleándose.
- Hola Karma~ - saludo el pequeño colocándose delante del más alto - ¿ya comiste?
- no - contestó frío, algo a lo que ya se estaba acostumbrando- se suponía que hoy cenaríamos juntos
-¿en serio?- preguntó sorprendido - lo siento se me olvido, hoy los chicos me invitaron a salir y no pude negarme - contestó acercándose al mayor depositando un beso en su mejilla - mañana te lo recompenso, ahora solo quiero dormir
- no- salió de los labios de Karma logrando detener el caminar del menor - ¡ya estoy harto! - se quejó finalmente llegando a su límite
- mira Karma, ahora estás molesto y lo entiendo, por eso es mejor que hablemos mañana - respondió restándole importancia al asunto dirigiéndose a la habitación que compartían.
Pero Karma ya estaba harto. No podía soportar estar en una relación donde él era el único que parecía importarle el otro, entendía que ambos tenían nuevas responsabilidades y cosas que hacer, pero se suponía que se amaban y ahora más que amor parecía una vieja rutina de convivencia entre dos viejos conocidos. Enojado tomó su chaqueta, sus llaves, su billetera y se dirigía al único lugar en el que sabía que podría estar tranquilo.
Caminando fuera de su casa empezó a marcar el número de la única persona que realmente le escuchaba, para avisarle que iba a su casa y que no le echará la bronca luego por despertarle en medio de la noche
- ¿karma? - preguntó la voz del ex presidente de la clase, un poco preocupado por el que su auto proclamado mejor amigo lo llamara tan tarde
- se termino...- logró decir Karma con la voz entrecortada y Asano supo de inmediato a lo que se refería
- dejaré la puerta abierta y sacare la leche de frutilla - Karma sonrío y corto la llamada para concentrarse en encontrar un taxi.
Era divertido lo que el destino y las coincidencias podían lograr. Luego de que se graduaran de la escuela, por cosas del azar Asano y Karma habían terminado en la misma universidad y con el paso del tiempo aquella rivalidad insana se convirtió en una insana amistad. Ambos harían lo que fuera por proteger al otro, a la única persona que consideraban su igual y amigo - aunque ninguno de los dos lo digiera en voz alta-. Un claro ejemplo era el que Karma cada vez que peleaba con sus padres o con Nagisa iba a desahogarse con el rubio fresa que sabía que lo comprendería y no le echaría la culpa como la mayoría. Por qué esa era otra verdad. cada vez que se peleaba con el más bajo todos sus ex compañeros se turnaban para echarle la culpa y motivarle para que se disculpara cuando la mayoría de las veces no era él quien tenía la culpa. Pero claro como el era el chico malo con el corazón de acero quien nunca lloraba era el quien tenía que dar el primer paso.
Finalmente el taxi llego a su destino y Karma se bajó caminado con paso rápido a la casa de su amigo. No sabía cuánto más podría resistir, llevaba meses intentando volver a tener la linda relación que compartió con el más bajo sin resultados y hoy había sido la gota que rebalsó el vaso.
Asano estaba esperando a Karma en el sofá. Por la voz que tenía debía estar bastante mal. Si aquel idiota bajito le había echo algo le mataba, ya que nadie tenía derecho a lastimar a su amigo. Por qué aunque la mayoría dijera que Karma era un frío y con corazón de diamante impenetrable el sabía que eso era solo acto y que el pelirrojo era una de las personas más amables y extrañamente dulce que había conocido, claro que a su propia y retorcida manera pero lo era. Escucho la puerta abrirse y sin darse cuenta empezó a correr hacia esta. Algo le decía que esta vez sería diferente a las anteriores. Y no se equivocó en el momento en que Karma lo vio se tiró a sus brazos en un abrazo desesperado. Asano quedó sorprendido por un segundo pero no demoró en responder el abrazo. Tomándolo de manera protectora en sus brazos.
- yo... Ya no puedo... Más.. Todos los días es lo mismo- decía Karma con la voz ahogada- ya no le importo... - susurro ahogando un sollozo que dejó estático al rubio fresa.
Con cuidado sostuvo el rostro del más bajo - por unos centímetros - con sus manos logrando que este levantara el rostro viendo algo que jamás había visto en los ojos del pelirrojo
Lagrimas...
Pequeñas y saladas lágrimas caían de sus ojos formando un pequeño camino por su rostro y por alguna razón Asano creyó que jamás había visto algo más hermoso y doloroso en su vida. Pero esta era la prueba para todo el mundo que el demoniaco pelirrojo tenía corazón que estaba vivo.
Con suavidad acerco sus labios a los del contrario sellando sus labios en un corto beso. No estaba muy seguro el porque lo había echo pero la forma en que sus lágrimas iluminaban sus ojos cobrizos los hacía ver hermosos y ante tal belleza no pudo sino querer tener más contacto con aquel ser divino.
Para su sorpresa Karma no se separó y lo volvió a abrazar pero esta vez juntando más sus cuerpos. El rubio fresa sin dejar de sostener el rostro del contrario empezó a repartir pequeños besos por todo su rostro. Llevándose el rastro de aquellas hermosas lágrimas y logrando notar que un leve tono carmín había comenzado a adornar el rostro del pelirrojo. No estaba muy seguro de lo que estaba haciendo pero, si de algo estaba seguro es que Karma era la persona más importante en su vida y haría lo que fuera por el. Siempre lo había deseado secretamente, siempre había deseado que su amigo le mirara con los mismos ojos con los que él hacía y ahora finalmente que veía que el pelirrojo creía tanto en él como para mostrarle sus lado débil se convenció de que aunque quizás ahora para Karma las cosas no estuvieran claras algún día no muy lejano Karma le amaría con la misma intensidad que el.
Pero claro esa no era razón como para no apresurar el proceso un poco. Una vez decidido de a poco fue guiando a Karma a su habitación, el pelirrojo no era tonto y se había dado de las intenciones de su compañero, pero las pequeñas caricias que repartía por todo su cuerpo junto con los dulces besos que le daba, le hacían creer que no sería una mala idea.
Una vez llegaron a la habitación con cuidado el rubio fresa lo tendió sobre la cama mientras cuidadosamente le quitaba la chaqueta y luego la camisa. Empezando a repartir dulces besos en todo su pecho, escuchando los leves gemidos de Karma. Con la misma destreza con la que le quitó la ropa al otro empezó a quitarse la propia hasta que ambos quedaron totalmente desnudos.
Karma abrazaba por el cuello a Gakushuu mientras esté lo besaba y preparaba su entrada. Jamás había sido el sumiso antes, pero la forma en que el ex presidente lo trataba con tanto cariño, cuidado y amor le hacía sentir como la persona más querida del universo, dejando toda la tristeza que antes pudiera haber sentido. Asano estaba en su limite intentaba preparar a Karma lo mejor posible para que este no sufriera pero el escuchar los cada vez más claros gemidos de este no ayudaba mucho.
- esta... Bien - susurro Karma a su oído dándole total permiso para entrar.
Asano no lo dudo y retiro sus dedos comenzando a entrar con cuidado y lentitud. Para su sorpresa fue Karma el que en un movimiento de cadera hizo que toda su longitud entrará logrando sacarle un gruñido de placer.
En un compás demandante Asano empezó a repartir embestidas a Karma quien le besaba desesperado, mientras sus manos se encontraban entrelazadas y tomadas intentando transmitir al otro todo el cariño que se tenían. No demoró en que ambos llegaran al extasis en una última embestida y que Asano saliera de dentro del pelirrojo quedando tumbado junto a él. Con cuidado acomodo a Karma en sus brazos besando la coronilla de su cabeza, sintiéndose el hombre más feliz de la tierra, y con ganas de gritar a los cuatro vientos su amor por el pelirrojo al que jamás dejaría ir y haría todo lo que pudiera para hacerlo feliz. Por su parte Karma se sentía bastante parecido, la calidez y cariño que Asano le daba eran algo con lo que jamás había soñado y algo a lo que podía acostumbrarse.
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Variantes Del Amor y la Atraccion
FanficKarma siempre fue un espiritu libre.... en este libro habran varias historias cortas sobre Karma y sus relaciones