Capitulo 1

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Nunca pensé que tendría que volver a la ciudad que me vio nacer, esperaba olvidar todo mi pasado y empezar desde cero. Pero nunca ni en mis más remotos sueños, me imagine regresar al lugar que me cambio para siempre, solo cinco años después tengo que regresar para enfrentar un pasado que no me emociona y que solo trae amargos recuerdos. Quisiera olvidar al ex- drogadicto de mi padre, el hombre que solo trajo sufrimiento a nuestras vidas. Mis manos tiemblan, y mi corazón late fuerte, me odio a mi misma por dejar que me afecte, el no es nadie, nunca lo fue, y menos lo será ahora que esta muriendo, el no lloro por mi, y yo tampoco lo haré por el, ya nada me afecte, mi corazón se volvió de piedra el día que me lo rompieron en mil pedazos, y se quedo así para siempre. 

Observo mi botas de combate fijamente, tratando de encontrar el valor para tocar la puerta, pero las imágenes de mi pasado siguen reproduciéndose en mi mente, congelándome frente a la puerta, con mis manos fuertemente apretadas en puño, un nudo sube por mi garganta, y las lagrimas quieren salir, pero trato con todas mis fuerzas de calmarme, y poner mi mascara de frialdad, mi mejor escudo en los últimos cinco años. Entonces el ruido de la puerta me trae al presente, me enderezo, mientras mi columna se vuelve de hierro. Una señora me devuelve la mirada, estoy un poco sorprendida, no esperaba encontrar a nadie aparte de Richard en la casa.

-Hola cariño tu debes ser Abby, no te quedes ahí, pasa por favor

-Si esa soy yo - Le respondo asombrada de que conozca mi nombre

-Tu padre ha estado esperando por ti toda la mañana

Levanto mis cejas desconcertada, sin saber que responde -Mmm, había mucho tráfico

-Que raro, a esta hora las calles están vacías - Me responde con una sonrisa radiante, y un brillo de diversión en los ojos, interesante. 

-Es que hubo un accidente, así que el trafico se congestiono- Por qué rayos le estoy dando explicaciones a una señora que ni conozco -eh, Donde esta Richard? 

- Quieres decir tu padre - Me reitera, esperando que lo llame papá, pero eso no va a pasar, el no tiene derecho a llamarse mi padre. - Si - Le respondo con voz fría. 

Me orienta hasta la habitación de Richard, como si no conociera mi casa, la casa donde crecí y sufrí. Sigue intacta, como si los años no hubieran pasado, las fotos en las paredes de una familia feliz que nunca lo fue, solo traen recuerdos que prefiero olvidar, así que solo me concentro en el camino, cuando la señora sostiene la puerta abierta de par en par para mi, tomo aire, cuento hasta tres y me adentro en la habitación. 

- Richard tu hija esta aquí - Le dice suavemente, como si temiera molestarlo, me intriga un poco, que tipo de relación tienen Richard y esta señora ?. - Gracias Amelia - Responde Richard, así que ese es su nombre, interesante. 

 Amelia se gira dejándome vislumbrar el estado de Richard, entonces un par de ojos azules iguales a los míos me miran directamente, mis ojos no pueden creer lo que ven, el hombre frente es solo la cascara de lo que un día fue, esta delgado casi en los huesos, sus ojos hundidos y cansados, su piel tiene hematomas por donde mires, y dudo que sea capaz de siquiera ponerse en pie, pero sigue siendo él, mi padre. Obligó a mis pies a dar pequeños pasos hacia él, aun cuando el corazón que escapar de mi pecho. Cuando estoy parada al lado de su cama, y realmente lo miro, me pregunto por qué dejo que las drogas lo controlaran, por qué no fue el esposo que mi mamá tanto anhelo o el padre que tanto ansié . Pero mi boca no puede pronunciar ninguna de esas preguntas, solo me quedo ahí parada observándolo. Mientras Amelia sale del cuarto para darnos nuestro espacio.

- Lo siento tanto mi pequeña - Murmura con lagrimas en los ojos - Me prometí a mi mismo que esas seria mis primeras palabras el día que te tuviera en frente otra vez, solo espero que no sea tarde

-Es tarde - Le digo con un nudo en la garganta, no puedo perdonarlo, porque eso significaría que  lo que hizo tiene justificación, y no la hay, no para mi madre, y ciertamente no para mí. 

Aprieto mis puños con fuerza a mis lados, no quiero escuchar sus explicaciones de mierda, no ahora, ya es tarde, sigo diciéndome. El aire se vuelve pesado y siento que no puedo respirar, necesito salir de aquí y ahora. Sin decir una palabra salgo con furia en mis venas y la cabeza dándome vueltas, dejo atrás  la casa de mi infancia y me dirijo a mi auto, conduzco sin direccion por las calles de Fort Wayne, buscando el consuelo y la fuerza que necesito para enfrentar esto. Sin darme cuenta estoy dirigiéndome al mismo lugar al que solía ir cuando era adolescente y no podía lidiar con todos los problemas de Richard. El bar de Josh, mi mejor amigo, la tristeza me inunda, cuando estoy en frente del bar. 

Camino directo al taburete vació en la barra, me subo en el, y enseguida escucho su voz.

-Babby Abby, pensé que nunca volverías - Una triste sonrisa se desliza en mis labios, al ,mismo tiempo que levanto la mirada. -Bueno aquí me tienes - Le respondo cuando las lagrimas me nublan la vista. 

-Eso veo, estas mas sexy que nunca - Me dice, mientras se estira atravesando el bar para abrazarme cuando divisa mis lagrimas. 

-Callate idiota - Respondo devolviéndole al abrazo fuertemente. Él rompe en carcajadas igual que yo, y solo así me siento mejor. Josh es un hombre alto y fornido, cabello rubio y hermosos ojos verdes que atraen a la mayoría de la población femenina.  

-Que haces por aquí, pensé que nunca volverías 

Me quedo en silencio un largo rato, entretanto él me mira fijamente esperando una respuesta, suelto un suspiro y dejo salir las palabras.

-Es Richard, esta muy enfermo. 

-Quieres una cerveza?

-Si

Esto es lo que me gusta de Josh, no pregunta solo me escucha y me consuela, pero cuando ve que tiene que interferir lo hace.

Me quedo sentada en el barra por lo que parecen horas, hasta que Josh me dice que deberia irme a casa, suena patético llamar ese lugar mi casa, mi hogar. Me bajo del taburete pero todo me da vueltas y me agarro a la barra, Josh lo nota enseguida, pero le digo que estoy bien.

-Abby no seas terca dejame aunque sea llevarte a casa

-Estoy bien, solo tuve un pequeño mareo

-No lo creo, tomaste muchas cervezas

-No es cierto, solo fueron dos

-Fueron como diez 

No recuerdo haber tomado tanto, mi limite es cuatro. Pero en ese momento cualquier pensamiento que estaba teniendo abandona mi mente. Solo me concentró en el musculoso hombre que entra en el bar, Dios que hombre mas hermoso, hermoso? Enserio? De verdad estoy como borracha, quien en su sano juicio le dice hermoso a un hombre. Tiene un par de tatuajes en sus brazos, subo mi mirada y me encuentro con el par de ojos grises mas hermosos que he visto. Últimamente digo mucho la palabra hermoso. Pero ninguna palabra le hace justicia a la belleza de este hombre. El me esta mirando fijamente con una mirada enojada, entonces ahi me doy cuenta. Mi noche no se podia poner mejor. Es Ryan, el hijo de puta de Ryan, mi noche solo acaba de mejorar. 

-Que demonios hace él aquí - Exclamo furiosa, siento como la rabia burbujea dentro de mi

- Bueno por si no sabia el vive en este pueblo - Responde con indiferencia, sujetándome por los hombros, trato de escabullirme pero él es más fuerte -Tengo que irme - Le digo, pero él solo aprieta su agarre en mí. 

-Oh no, no te salvas. Tu no te vas sola a casa en este estado 

-No me importa lo que pienses, yo me voy.

-A dónde vas, si acabo de llegar - Su voz suena fuerte y clara, percibo su olor, y mis piernas de pronto se vuelven gelatina, siento su aliento en mi espalda, erizando los vellos de mi cuerpo, mi mente se queda en blanco. Como este hombre puede seguir afectándome después de tantos años, si lo miro sé que voy a caer rendida a sus pies, como siempre lo hago. 

-Adios, Josh. Nos vemos - Murmuro por segunda vez, y vuelvo a fracasar. 

-No, tu no te vas asi - Reúno todas mi fuerzas, y logro escapar de Josh  -Me importa una mierda, me largo - Tan pronto como pronuncio las palabras, salgo corriendo de ese lugar. No puedo estar cerca de él. Rompió mi corazón. Lo aplastó con sus grandes botas negras y lo tiro a la basura. Venir a esta ciudad fue un error.

OLVÍDALO ( EN EDICION )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora