Todo fue una mentira ||GRAYZA||

Todo fue una gran mentira...

Años habían pasado desde la ultima gran batalla de Fairy Tail. Exactamente seis, seis años de total tranquilidad, donde la única preocupación era recaudar el dinero para sobrevivir mes tras mes.

Fue precisamente en uno de esos trabajos, en donde el equipo más fuerte de Fairy Tail se encontró con los miembros de Crime Sorciere, recibiendo lo que sería su gran tortura...

Jellal, sin ninguna vacilación propuso matrimonio a Erza, lo que tomo por sorpresa no solo a la implicada, si no que sorprendió a la totalidad de Fairy Tail.

Desde un principio, Gray se sentía completamente incomodo ante la idea, se cuestiono muchas cosas, entre ellas lo que realmente sentía por la poderosa Titania. Eran amigos desde niños, habían vivido miles de experiencias juntos, y aun que jamás lo admitió, hace bastante tiempo que empezó a verla como una mujer completa.

Desde que Jellal se lo propuso, hasta el día de la boda, se estuvo comiendo la mente simulando que todo lo tenía controlado, pero sabía muy bien que no era así, estaba mal, desanimado, pero sobre todo se sentía un gran idiota.

Aquel día, fue solo hasta Fairy Hills, ignorando completamente la prohibición que tenía el edificio sobre el ingreso de los hombres, poco le importaba salir perjudicado por sus acciones en ese estado.

Se paro frente a la habitación de la poderosa Titania, observando hacía los lados con el fin de asegurarse de que nadie se enterara que había ingresado al lugar.

—Maldición ...¿Por qué lo dudo tanto?.—Se cuestionó a si mismo sintiéndose un cobarde, estaba consiente que quizás nada cambiaría pesé a realizar lo que tenía planeado, pero prefería eso a jamás haber tenido el valor para decirle todo lo que por mucho tiempo guardo en esa solida coraza de hielo que formó con el pasar de los años.

Armándose de valor, toco la puerta soltando un enorme suspiro, resignado a incluso recibir un enorme regaño por parte de su compañera, ya que después de todo, había quebrantado una de las principales de Fairy Hills.

—¿Quien es?.—Preguntó la pelirroja, acercándose a la puerta, al abrirla, se topo con el rostro un tanto bajo del azabache, por lo que no pudo evitar abrir los ojos un poco más por la sorpresa.

—Erza, ¿Puedo pasar?.—Sin siquiera esperar la respuesta, ingreso a la habitación observando algo perplejo lo enorme que era, estaba casi seguro que se trataba de más de dos habitación arregladas para las necesidades de la maga.

—¿Que haces aquí?, sabes a la perfección que tienes prohibido el ingreso.—Preguntó la escarlata con un tono ligeramente serio, aun que pesé a eso, se nota una pequeña sonrisa en su rostro,  después de todo se iba a casar, ¿Quien no estaría feliz en un día así de especial?.

—Tenemos que hablar, hoy es mi ultima oportunidad ...—Estaba bastante serio, más de lo normal, pero aun así, en su mirada se reflejaba una pequeña pizca de debilidad y de temor, estaba muy consiente que dependiendo de como ella tomará las cosas, podría perder completamente el fuerte lazo que habían formado con los años.

La muchacha de cabellos escarlatas, asintió con la cabeza caminando hasta la sala de su enorme habitación, tomando asiento en uno de los sillones, observando detenidamente cada movimiento que realizaba el mago de hielo.

Por otra parte, Gray avanzaba lentamente, con la cabeza un poco agacha pensando en las palabras precisas, no quería perder los hermosos lazos de amistad que habían formado, pero tampoco quería morir con aquellos sentimientos que tuvo hacía ella, escondidos por tantos años.

Cuando alzó la mirada hacía ella, se encontró con una sigilosa mirada, lo que claramente lo puso aun más nervioso.

Tomo airé agitando la cabeza con ligereza, con el fin de darse animo a si mismo para lo que vendría.—Te mentí ...—Se acercó a ella mostrando una faceta seria, mirando fijamente sus ojos como si la estuviera retando.