Parte cuatro

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¿De verdad el hechizo que hizo Noruega había funcionado? Canadá no lo podía creer. Desde siempre había intentado hacerse notar entre las demás naciones, y ahora que tuvo la oportunidad de hacerlo no lo supo aprovechar y decidió decirlo en el último segundo, o bien, México no lo dejó decirlo hasta en el último segundo. Y ahora, gracias a todo eso, tanto pensarla habrá sido en vano.

Ambas naciones se dirigieron los más rápido posible a la cocina donde se había escuchado el grito tan aterrador de Itzel después de que las luces de la casa empezaran a parpadear sin cesar. Cuando llegaron Pedro inmediatamente dijo.

-¿Itzel, estás bien, qué pasó?

-¿Eh, de qué hablas? Estoy bien.- le respondió. Itzel se le quedó viendo raro al mexicano mientras cargaba al niño que estaba llorando gracias al grito que pegó la chica.- ¿Y ustedes? ¿por qué vinieron tan de súbito?

Canadá entró a la cocina para ver lo que había pasado con el pequeño Alfred. En cuanto vio que el bebé, éste seguía siendo un bebé. La sensación de gritar de la emoción ocupaba toda su mente, pero la reprimió rápidamente; lo que no pudo reprimir fue un pequeña sonrisa, que se cubrió con su mano.

"Oh my God, que alivio" pensó. "No funcionó el hechizo, ¡mi plan seguirá en pié!"

- Entonces, ¿qué pasó?- preguntó al canadiense.-¿por qué gritaste?

Itzel no parecía haberse dado cuenta de que había gritado prácticamente a los cuatro vientos, pero aún así respondió.

-¡ah! Es que me llegó la notificación de que Yuya ha subido un nuevo vídeo. Y pues... me emocioné un poco.

-Un poco.- repitió Pedro con cara de descontento.- ¿qué no estás viendo que Matthew y yo estábamos intentando hacer adulto de vuelta al gringo y justo cuando pensamos que había funcionado el hechizo por el fallo de las luces tú gritaste como pinche escuincla en apuros? Me asustaste, Itzel.- de verdad estaba enojado.

-¡¡como si tú no gritaras cada que hay partido de fútbol!!- le espetó Itzel.

-¡Pero no grito cuando en la casa las cosas están tensas!- le respondió el mexicano.

- Pero ya no hay por qué pelear- exclamó Matthew- no pasó nada, Alfred sigue siendo un bebé. Y el fallo de las luces seguro fue pura coincidencia ¿no lo creen?

Y por primera vez, según Canadá, ni Pedro ni Itzel le hicieron caso alguno. Los hermanos siguieron peleando por lo menos unos 5 minutos más hasta que Itzel se hartó y se fue de la cocina junto con el bebé Alfred.

-¿Y así son ustedes dos todos los días?- preguntó finalmente Canadá cansado de haber escuchado a Pedro y a Itzel gritarse el uno al otro por esos 5 minutos que parecieron horas.

- Supongo que como Itzel no tiene nada que hacer viene a mi casa para molestar- le respondió- pues cuando no está aquí, se la pasa en sus playas con los turistas o con Alfred. Por eso dicen, "si de cae la bolsa de valores, hay que irnos a Yucatan." Por que no pasa nada en el sur... Pero bueno, así si las cosas...

Quedaron unos segundos en silencio, un silencio aparentemente muy incómodo, después de la pelea entre los mexicanos la casa quedó en completo silencio.

- ¡Oye!- el canadiense recordó algo- ¿no dejamos a Dinamarca al teléfono después del fallo de las luces?

México se quedó pensando un momento y también lo recordó.

-¡ay, wey! ¡sí cierto!

Rápidamente, las dos naciones se dirigieron de vuelta a la oficina de Pedro donde se encontraba el teléfono descolocado. Cuando Pedro llegó al teléfono éste se encontró con que la otra línea ya había sido desconectada.

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⏰ Última actualización: Aug 10, 2016 ⏰

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