Capítulo I

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                Septiembre 3 2019
Me despierto a las 4:18 a.m con el sonido de un tiroteo. Se escucha como a dos cuadras. El pueblo ya no es lo que era antes, desde la entrada del nuevo gobierno la violencia cada vez es peor. Aun no me acostumbro a los tiroteos de cada noche o madrugada.

Me levanto y voy a la cocina por un café. Mientras espero que esté, una de mis amigas, Carolina entra a la cocina.

-¿Te despertó el tiroteo?- Me pregunto mientras agarra una taza.
-Si, ya no puedo dormir tranquila, cada vez esta peor.
-¿Crees que algún día termine todo esto?
-No se, espero que si. No aguantare mucho tiempo así. ¿La Enana no despertó?
-No, ya sabes que no despierta con nada.

Asiento con la cabeza y sirvo el café.
Mientras le doy un sorbo a mi taza veo por la ventana.

-Extraño salir a correr. Maldito toque de queda.- exclamo con rabia
-Yo igual, extraño salir a bailar y dar la vuelta por el malecón en la noche.
-¿Intentarás dormir de nuevo?
-No, mejor me quedaré a escribir un rato.
-Esta bien, te veo en un rato.

Carolina, Katia, Loly más bien conocida como Enana y yo compartíamos casa. Eramos muy buenas amigas, nos conocíamos desde hacía tiempo y nos entendíamos muy bien.
Cuando por fin amaneció vi entrar a Katia en la cocina, nos pusimos a hacer desayuno y fuimos a levantar a las chicas.

-Enana... Despierta!! Ya es tarde. Vamos a desayunar.
-Mmmm
-Levántate floja.
-No...

Después de mucho batallar logre que abriera los ojos y se levantara.

-Becky¿estas bien?.
-Si, ¿por que?
-¿No dormiste otra vez verdad?
-No, hubo otra balacera a dos cuadras. No pude dormir otra vez.
-Yo no me di cuenta.
-Si me di cuenta de eso. Ya levántate y vamos a desayunar.

Después del desayuno cada quien se fue a su trabajo.
Carolina era diseñadora de moda.
Enana era cajera en un banco.
Katia y yo trabajábamos en un taller mecánico de coches de carreras, a Katia le encantaba correr los coches y yo practicaba Motocross. Nos encantaba la adrenalina. Nunca nos imaginábamos que eso nos ayudaría días después.  

-Becky!!  ¿Vas a correr hoy?
-Si,¿y tu??
-Si, me esperas y nos vamos juntas.

Después de correr un buen rato, Mauro llego a saludarnos el era amigo mio y de Katia, Mauro tenia un hermano llamado Mateo que era novio de Carolina. Después de pasar un rato con ellos pasamos por Carolina a su trabajo.
Fuimos por la Enana y de allí fuimos a comer. Mientras comíamos se soltó un tiroteo en la calle de afuera. Gritos se escuchaban por donde quiera. Yo solo cerré los ojos y espere a que todo acabara. Pasados una hora y media nos fuimos de allí. Íbamos callados y con los ojos bien abiertos. Mateo iba abrazando a Carolina tan fuerte que parecía que iba a romperla.

Al llegar a casa soltamos un suspiro de alivio.

Pasamos la tarde viendo películas y jugando. Nuestra vida era divertida.
Después de cenar los chicos se fueron y las chicas de fueron a dormir. Yo tome mi chaqueta y mis llaves y salí, tome mi moto y me dirigí a los lotes valdíos donde solía practicar de chica, hacia más de ocho años que no venia. Aunque ya pasaba la hora del toque de queda y podía meterme en problemas corrí como nunca lo había echo. Necesitaba despejarme de lo que ocurría a nuestro alrededor. Después de unas dos horas corriendo noto que mi celular empieza a sonar.

Llamada entrante de Katia.

-¿Bueno?
-Becky ¿donde estas? Te eh llamado más de 10 veces.
-Eeeh...
-¿Estas bien?
-Si.. ¿Por que lo...- aun no terminaba de hablar cuando escuche un disparo al otro lado del teléfono.
-¿Donde estas?! - Me dice desesperada
-En los lotes valdíos.
-¿Estabas corriendo?- noto como su voz se apaga.
-Si, voy para allá. No les digas a las demás.
-Está bien, apurate y cuidate.

Diez minutos después estaba a una cuadra de la casa. Me dirigí silenciosamente a la casa y entré.
Carolina estaba desquiciada.

-¿Donde estabas!? No vuelvas a hacer eso, estaba preocupada.
-Estoy bien. No te preocupes
-¿Donde estabas?
Katia me miró y solo negó con la cabeza.
No podía mentirle.

-Fui a correr.
-¿Que?
-Si, me fui a los lotes valdíos.
Carolina voltea a ver a Katia y esta agacha la mirada.
-¿Lo sabias Katia?
Katia me mira y asiente.
Carolina solo cierra los ojos y se le escapa una lágrima.
-¿Otra vez? - Me dice viéndome a los ojos
-No, esta vez no.
-¿La Enana lo sabe?- pregunta Carolina
Katia y yo negamos con la cabeza.
-Dejemoslo así, no hay que preocuparla de más.
Nadie puede saber mi secreto.

Me despido de ellas y me voy a mi cuarto y entonces lloro...lloro de tristeza y de coraje.

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