I

19 1 0
                                    

En una noche fría, con un cielo nublado amenazando con dejar caer sus gotas de soledad, una niña de 6 años se le adelanta dejando que su tristeza y desesperación salgan en forma de grandes lagrimas mientras caminaba descalza por las heladas veredas sin dirección alguna frotándose sus temblorosos brazos por el frío.

-¡Papá! ¡Papá!.- Gritaba la pequeña infeliz entre sollozos.

Un auto conducido por un borracho paso a su lado salpicándola con el agua de un charco al pensar que ella era un perro.

La niña no pudo soportar mas y callo rendida de rodillas al suelo, cansada de todo, cansada de todas las cosas que a pesar de su corta edad a tenido que pasar, cansada de tener que pelear cada instante por querer vivir.

Sólo callo y siguió llorando. Entre sus sollozos, a lo lejos escuchó una campana y una repentina sensación de calor la envolvió.

Sin saberlo callo en la entrada de una librería y de ella salió una mujer que en este momento la tenía entre sus brazos dándole consuelo y protección.

La pequeña se sentía tan sola que no dudo ni un instante en aferrarse a aquellos brazos cálidos que la cargaban y la llevaban adentro del local.

La mujer se sentó sin soltar a la niña y dejo que esta llorara lo que quisiera, que se desahogara de todo lo que no le permitía hablar.

-Shhh...tranquila...ya va a pasar mi niña, ya va a pasar.- Repetía la mujer con el tono de una madre, una madre cariñosa como la que la pequeña nunca tuvo.

Después de una hora y minutos dejo de llorar y cayo en un profundo sueño al igual que la mujer, la respiración de ambas coordinaban a la perfección como si sus almas estuvieran en paz, como si en medio de la guerra hubiera surgido un lapso de tiempo solo para ellas, un pequeño receso del dolor.

El agua que salva del incendio de unas desconocidas.

(Momentos antes)

*-Lo se, pero no creo que sea el momento. De todas formas gracias por tu llamada.*-Colgó el teléfono.

Lorie se encontraba en su habitación sentada en su cama.Algunas lagrimas terminaban de escaparse de sus fatigados ojos a la ves que su mente la torturaba con dolorosos recuerdos, pero  la contradecía forzándose a recordar los buenos momentos de su pasado pero volvió a romper en llanto al recordar que esos momentos no volverían, que ya nada seria igual. Luego de varios minutos se levanto de su lecho depresivo y se dirigió al baño a lavarse la cara, se miro al espejo y no podía reconocerse, esa piel pálida, esos ojos verdes que ya no llevaban consigo ese brillo que siempre tuvo y ahora solo reflejaban una profunda melancolía, ese cuerpo demasiado delgado y cabello enredado no tenían nada de parecido a ella, al menos no como se recordaba.

¿Cuanto tiempo había pasado encerrada en esa habitación? ¿Cuanto tiempo estuvo sin probar ni un solo bocado? ¿Cuanto tiempo estuvo dormida en el dolor?

Ni siquiera ella lo sabia, desde aquella terrible madrugada había perdido la cuenta del tiempo y de la vida pero esta noche estaba decidida a salir aunque ya fuera tarde necesitaba salir, necesitaba resurgir, seguir adelante, no por ella si no por ellos, por las personas que mas había amado y ama en el mundo.

Se coloco su abrigo y se envolvió una bufanda a su delgado cuello.Bajo las escaleras, se dirjio a la salida y abrió la puerta dejando que el viento se infiltrara en el local.

Miro al cielo que estaba preparándose para dejar caer la lluvia, bajó la mirada y lo que vio hizo que su corazón comenzara a latir con fuerza, cosa que hace mucho no pasaba.

Al ver a esa niña tirada en el suelo llorando no dudo en recogerla. La llevo a dentro del local y se sentó con la desgraciada criatura en sus brazos. Trato de tranquilizarla meciéndose en la silla y luego callo en un profundo sueño.

GuiltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora