III

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Con el aire frio entrando por la ventana nos levantamos y nos dirigimos hacia la cocina donde estaban Thomas y Richard, los abogados que lamentablemente tenían nuestro futuro en sus manos.Por decirlo de alguna forma.

-Señoritas, mi colega y yo hemos encontrado una solución en la cual ustedes no pierden su casa.-Empezó, Richard, Cleo me apretó la mano.

-Sin embargo, hasta que no tengan mayoría de edad no pueden quedarse aquí solas y como no hay otro familiar que pueda hacerse cargo de ustedes, serán enviadas al internado Harshtan que a pesar de ser estatal, es muy prestigioso ya que fue fundado especialmente para jóvenes que a pesar de quedar en una situación difícil demuestran el potencial suficiente para una carrera exitosa.

-Nunca había escuchado de ese internado pero supongo que esta bien.- Dijo Cleo con tono apagado en su voz.

Bola de fuego desde mi estomago hasta mi garganta.

-¿Están locos ? No voy a dejar mi casa, ¡¿Quién la cuidaría si vamos a estar encerradas en ese cuchiutril de orfanato?! porque ese instituto no es mas que eso.

Cleo tomó el brazo de Rose y la llevó a la cocina casi corriendo.

-¿Qué otra cosa esperas Rose? ¿Qué otra cosa podemos hacer?.-Su mirada estaba llena de resignación. Y antes de darle un problema mas en el que pensar causado por mi desaprobación de dejar nuestra casa preferí dejarme llevar. Era verdad, no podíamos hacer nada mas y si Cleo estaba de acuerdo yo también.

El agua de Cleo siempre apaga mi fuego, cuando es necesario.

Salí de la cocina con Cleo atrás mío. 

-Esta bien. Díganos donde queda el orfanato y cuando vamos para allá.- Cleo volvió a apretar mi mano pero esta vez en señal de gracias.

Ambos se quedaron pensativos antes mi cambio de decisión.

-Para su buena fortuna, acabamos de hablar con la directora del internado y no tiene ningún inconveniente en  recibirlas mañana mismo.-Thomas se aclaró la garganta.- Su nuevo hogar temporal se encuentra en Newcastle, a unos 71,8 kilometros de aquí.

"Buena fortuna" Es lo que perdí hace mucho, estúpido señor.

Encendiendo un cigarrillo y ajustándose la corbata prosiguió.-Mañana pasaremos por ustedes a las 6 am. El recorrido dura aproximadamente una hora y llegaremos allá a las 7. Claramente no empezaran las clases ese mismo día, como hoy es jueves, comenzaran las clases el lunes. Se les dará uniformes y todo lo que necesiten.

En ese momento se me pasó por la cabeza el momento en el que los policías le daban el famoso uniforme naranja a los presos.

Me pregunto cuanto les pagaran por deshacerse de nosotras.

-Esta bien, supongo que es todo y con eso ya pueden retirarse.

Terminaron de juntar sus portafolios y sin decir mas se marcharon. 

Al cerrar la puerta me dí la vuelta esperando encontrarme con el rostro de Cleo pero me encontré con la sala vacía.Supuse que había subido a empacar.

Pase por la cocina y varios fantasmas del recuerdo me invadieron.Veía a Lorie por todos lados sonriendo, cantando, bailando, cocinando, gritando mientras hacia su rutina de ejercicios, la felicidad en sus ojos cuando regresaba del trabajo y Cleo y yo la esperábamos con la cena lista y una película en mano.

 Cuando pase junto a la silla se me paró el corazón. Esa silla en donde ella me había acurrucado mientras lloraban y estaba mojada el día que me encontró. Aun podía sentirla en la casa, incluso veía el reflejo de su rojizo pelo por el rabillo del ojo. Me la podía imaginar sentada en el escalón de la escalera mirándome con pena y consuelo esperando  que vaya corriendo hacia ella para acurrucarme en su pecho mientras ella me acariciaba el cabello mientras tarareaba una canción, como solía hacerlo cuando tenía un mal día o simplemente me sentía triste de la nada. Se que en esta situación seria igual, ella no me culparía, ella lo resolvería con nosotras como equipo pero ella ya no esta y es mí culpa. Me haré pagar por eso.

Subí  y me dirigí a la habitación de Cleo pero no la encontré ahí. Seguí hasta la puerta de Lorie la cual estaba abierta y vi a mi hermana en su cama, oliendo la almohada con el perfume de Lorie. Me acerque y le bese la cabeza y lentamente la fui levantando. Teníamos que empacar. 

-Rose, después de empacar nuestras cosas tenemos que guardar las cosas de la casa asi no se estropean  y se llenan de polvo mientras no estamos.

-Me parece bien.

Salió de la habitación y yo me dirigí a la mía. En unos pocos  minutos nuestras maletas estaban en la planta baja junto a la puerta de salida listas para mañana. En dos horas guardamos prácticamente todo lo que no fuera muebles en cajas que fueron a para al ático.

-Ve a ducharte primero mientras caliento en el horno la comida que compraste, luego de cenar iré yo.

-Esta bien. 

Cleo subió las escaleras y yo me quede sentada en el sofá esperando a que se caliente la comida. Tendríamos que comer del mismo envase en el que vino y usar los cubiertos plásticos ya que guardamos todo.

En pocos minutos bajo con el cabello envuelto en una toalla y su ropa de dormir. 

-Quiero comer en la habitación de Lorie y dormir ahí.

Me quede viéndola por un segundo. Era tan parecida a ella que me daban ganas de llorar porque cada gesto que hacia, cada peca de su cara me hacia recordar la cara de Lorie y su dolor en  el momento en el que murió pronunciando mi nombre.

-¿Rose?¿Pasa algo?.

Cleo se acerco ya que me había quedado paralizada mientras mis ojos escurrían.

-Si, si estoy bien.-Aparte su brazo de mi hombro con delicadeza y me dirigí al horno a sacar nuestra cena.- Me gusta tu idea. 

Ambas subimos hasta la habitación de Lorie y cenamos en silencio. Cleo bajo los restos y los tiro a la basura mientras que yo me fui a bañar.

GuiltyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora