Una de tantas

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El sol se había puesto hace bastante tiempo, ella miraba impaciente a sus compañeros
"¿Podrían dormirse de una buena vez?" pensaba mientras tamborileaba los dedos en la taza que sostenía. De vez en vez sus ojos se posaban en la silueta del azabache, quien sin saberlo ella también maldecía la resistencia de sus compañeros.
-Creo que me iré a dormir -dijo la pelirroja y le lanzo una mirada furtiva al Uchiha, una mirada que basto para encender el fuego en el corazón de este.
-Todos deberían hacer lo mismo- Sentencio Sasuke mientras se levantaba -en especial tu Suigetsu, no puedo permitirte atrasar al equipo-
Suigetsu rió, no podía creer que siguieran jugando a esto, el no era un genio, pero no era tan idiota como para no darse cuenta de lo que pasaba, desde la primera vez el lo había sabido y ellos creían aún que era un secreto "patéticos" en fin.
-Vamos Juugo - Al parecer Juugo si que no lo sabía, tan tierno. Suigetsu rodó sus ojos y se alejo un poco de la fogata, solo se recostó dandole la espalda a sus compañeros, Juugo por su parte hizo lo propio.
-Yo iré a hacer guardia un rato- dijo sasuke y se alejo caminando por el oscuro bosque
Karin sintió una ola de ansiedad poseerla, querría correr tras el, pero debía esperar se mordió los labios con impaciencia y se pasó su fría mano por el vientre.
"espera, espera, no hagas nada estúpido" pensaba mientras observaba la hoguera arder, tan cálida, tan desesperada como ella.

Pasaron casi cuarenta minutos hasta que se decidió a levantarse, intentando hacer el menor ruido posible.
Cada paso que daba la llenaba de una inexplicable felicidad, ya era tiempo, su cuerpo añoraba las manos de sasuke, cada fibra de su ser suplicaba por ser aplastada por ese hombre.
Conforme se acercaba al azabache bajo su velocidad, estaba desesperada sí, pero el no tenía porque saberlo.

Sasuke le miró con indiferencia
-Estaba a punto de regresar, tardaste demasiado - dijo con un dejo de reproche
-¿Estamos ansiosos? - preguntó con malicia Karin y sonrió, pero fue rápidamente callada por los labios del Uchiha, un beso brusco, tosco, hasta doloroso pero que hizo que Karin se retorciera de placer, con rapidez la pelirroja despojo de su ropa a sasuke quien no dejaba de besar y lamer cada parte que ella dejara cerca, su cuello era mordido por el azabache y a pesar de los malo recuerdos que tenía, las mordidas de Sasuke no la molestaban al contrario la llenaban de gozo.

Desnuda y con la luna iluminándola Karin parecía una diosa, parecía que su cabello se incendiaba y que al tocarlo se quemaría, pero a Sasuke no le asustaba quemarse, hundió sus dedos entre el cabello de Karin y la atrajo hacia el, llenando de besos sus pechos y restregando su hombría en su cuerpo, ella se arqueaba hacia el, sabia que deseaba ser poseída, tomándola entre sus brazos finalmente se fundieron en un solo ser.

Los gemidos de karin llenaban sus sentidos, su suave piel lo embriagaba con su Aroma, en momentos como este podría dejarlo todo, podría abandonar su lucha por seguir así para la eternidad. El sería feliz pasando así la eternidad.

Y aquí estaban otra vez: besos, abrazos, la suave textura de sus labios al rozar con su piel, el estremecimiento de sus músculos, el dulce aliento saliendo de su boca.
Aunque Karin lo sabía desde el principio que no podía pedirle demasiado al pelinegro, eran jóvenes y tenían necesidades que estaban aparte de la venganza y el odio, necesidades que sólo entre ellos podrían saciar.

Ahora entre todo este calor y remordimiento, la pelirroja era feliz, aunque no tuviera el amor de Sasuke tenía su cuerpo, podía sentir el calor de la piel del Uchiha debajo de su cuerpo podía sentir sus dientes clavarse en su cuello tras cada estocada sentía como su cuerpo era totalmente completado y sonreía.
El calor y la rudeza iban en aumento, junto al placer
-Sasuke - fue apenas un susurro entrecortado que surgió de entre los labios de la pelirroja antes de halar el cabello de Sasuke y terminar al mismo tiempo que el, sincronizados ya después de tanta práctica, dejando humedecidas las piernas del Uchiha que se aferraba cruelmente a sus glúteos.
Apenas y gimió un poco pues sabía que si lo hacía muy fuerte Juugo y Suigetsu que Dormían en el campamento podrían oírlos, y por supuesto: nadie debía saberlo, saber que ella era la válvula de escape de un tipo como aquel.
Sasuke Uchiha era simplemente el bastardo del que estaba enamorada.
-Karin, hey- Susurro Sasuke mientras le palmeaba en los glúteos indicándole que se bajara
-sólo un segundo mas- contestó la pelirroja reposando su cabeza contra la de él. Se sentía de maravilla estar tan cerca de el y escuchar su respiración rápida y entrecortada, era un privilegio que nadie mas en el mundo podía gozar.
Se levantó lentamente y soltó un pequeño gemido al sentir que el miembro del pelinegro abandonaba su ser, se sentía débil por lo que se tumbó entre el pasto junto a Sasuke quien la miraba indiferente.
-¿Piensas quedarte así? - preguntó sin mucho interés el pelinegro mientras se levantaba y recogía su ropa.
Karin sonrió y se acomodo el cabello -¿Tanto te preocupo?- dijo con una sonrisa sarcástica, a veces hacía ese tipo de comentarios aunque ya no tenía ninguna esperanza en una respuesta amable.
-Sabes que sería un gran problema para nosotros si enfermas, al menos vistete-
Esa era justo el tipo de respuesta que esperaba, lanzó un suspiro y asintió. 
-No te preocupes por mi cariño, ya se cuidarme sola- Sasuke apenas y le dedicó una última mirada antes de alejarse, Karin lo miró desaparecer y se quedó tendida en el suelo un rato mas, siempre después de hacerlo con el se sentía un poco molesta, molesta con el por solo usarla y molesta consigo misma por permitirlo.
Al final solo resolvía continuar con esa situación aunque cada día su sufrimiento se hacía mas grande. Sin mas que hacer se vistió y volvio al campamento, como ya lo suponía el Uchiha no estaba ahí así que solo se acostó esperando dormir un poco, siguió pensando en sasuke, su amante, el hombre que robo su corazón en un único y certero paso, pensaba en su cara, su cabello,en todo el. Siguió pensando y se durmió sin notarlo, mientras sus pensamientos se convertían en sueños.

Sigo en proceso de editarlo así que quizás algunas cosas no tengan sentido, no me considero especialmente buena escribiendo pero es lo que hay.
Mis sinceras disculpas pero el amor por esta pareja me hace quedar como tonta a veces, aún así no abandonaré a estos dos, ni a su amor.

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⏰ Última actualización: Jan 26, 2018 ⏰

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