The Lonely Hunter vs The Host

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El chico antes conocido como Will, caminaba por las solitarias calles de la ciudad, sin rumbo fijo

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El chico antes conocido como Will, caminaba por las solitarias calles de la ciudad, sin rumbo fijo. Después de salir de la escena del crimen anterior, aún se relamía los restos de sangre que habían quedado en sus dedos, el dulzoso y a la vez intenso sabor de la sangre semi fresca le hacía agua la boca, en esos momentos, el único pensamiento que llenaba su mente era obtener una víctima más para saciar su apetito.

Al aburrirse de esperar una víctima en los suburbios, se dirigió al centro de la ciudad asechando la zona del parque, la brisa estaba ligeramente tibia, la luna dibujaba un tenue y hermoso reflejo en la pequeña fuente que se ubicaba en el centro del parque, a lo lejos observó a un hombre de entre unos treinta años que arrastraba del brazo a una niña que, al juzgar por su apariencia no tenía más de ocho años; a medida que avanzaban, la pequeña trababa de resistirse halando en dirección contraria, el hombre que parecía estar ebrio, la arrojó al piso, sujetándola por el cabello la abofeteó repetidas veces, Will al observar la escena, apretó fuertemente el mango del machete, caminando en dirección al sujeto, clavó el arma en su hombro, provocando que el hombre chillara y se retorciera en el suelo.

La pequeña niña dirigió débilmente la mirada a su "salvador", el muchacho de cabello negro caminaba en dirección al sujeto que se desangraba, Will arrancó el machete de su carne y lo pasó por su garganta, quitándole la vida. La pequeña en shock contemplaba la escena desde el suelo, observando cómo el chico se dirigía en su dirección con el machete en la mano.

La brisa soplaba con fuerza, agitando los frondosos y altos árboles, Tom, deambulaba por el parque donde perdió de vista a su víctima, deseando que no fuera tarde para salvar una vida. El viento trajo a sus oídos un grito desgarrador que le helaba la sangre; sin perder tiempo se dirigió hacia el lugar lo más rápido posible.

Al llegar, se encontró con algo que nunca hubiera esperado, el cadáver del hombre se encontraba abierto, Tom sonrió al ver esto, sin embargo le hubiese gustado ser la persona que le pondría fin a su patética vida, se percató que por el piso se extendía un camino de gotitas de sangre entre mezclada con los sobrantes de algunas viseras, que parecían formar un camino, siguió intrigado y algo confundido el tenue rastro, hasta la pequeña niñita cuyo cuerpo se encontraba igual que el del hombre. A su costado una figura sostenía entre sus manos trozos de carne, mientras los acercaba a su boca y los devoraba. Tom contemplo en silencio, la figura levanto la vista, clavando sus ojos en Tom

-¿Qué miras, idiota'- balbuceo el muchacho –Arruinas mi cena-

Tom lo ignoró, mantenía aún con la vista perdida en el cadáver

-¿Acaso eres mudo idiota?- dijo la figura arrojando a un lado algunos trozos de carne, incorporándose empuñó el mango del machete, esperó en vano una respuesta, el muchacho pelinegro algo cabreado atacó a Tom, sin embargo éste esquivó el ataque con facilidad. Clavando una mirada fría en Will, Tom tomó firmemente su cuchillo y apretó los puños

-Parece que te deshiciste de mi víctima, eso no me molesta- dijo por fin Tom- Sin embargo, esto nunca te lo perdonaré- concluyó Tom señalando el cadáver de la niña.

Will se rió entre dientes, pero no se contuvo, dejando escapar una carcajada perturbadora

-¿No me perdonaras, he?-se burló Will –Pues veamos qué tan bueno eres. 

Tom empuñó el cuchillo, corriendo hacia Will, lo atacó, Will lo esquivó con facilidad sin devolver el ataque, empuñó el machete y esperó el siguiente ataque que esta vez vino del maso, el joven de cabello negro recibió el golpe del frío hierro en el antebrazo, provocando que se escuchara un leve crujir de los huesos, Tom sonrió, pero su expresión no duró mucho, al observar la sonrisa aun más amplia en la boca de Will, el joven de ojos negros y dorados, levantó el machete curvo y lo intentó clavar en el pecho de Tom, el joven de ojos grises apenas pudo evitar que la hoja se clavara en su carne, sin embargo, ésta alcanzó a rozar su piel produciendo que ésta se desgarrara levemente.

Tom se tocó la herida, un pequeño flujo de sangre broto por esta, pero no era momento para ponerse a pensar en el, el combate continuaba, y estaba dispuesto a vengar a la inocente niña. Mientras estaba perdido en sus pensamientos, reaccionó por poco al ataque de Will

-Si no te concentras, no será divertido- sonrió Will -Ya que arruinaste mi cena, no tendré más opción que comerte- concluyó relamiéndose los labios

A Tom le repugnaron estas palabras, el chico de ojos grises se puso en guardia y se reanudo el combate ¿Con qué clase de monstruo estaba luchando? Encajo el cuchillo en el brazo de Will, sin embardo, éste no pareció importarle y siguió con el combate, logrando asentar un puño en el estomago de Tom, el cual le sacó el aire. El cazador se acercó a su presa, que intentaba recuperar un poco de aire, Tom intentó incorporarse, pero Will le dio otra patada.

El chico de ojos grises quedó con los pensamientos en el aire, cayó junto a un charco de sangre, a la par del cadáver de la pequeña, apretó los puños y sin importar la falta de aire le acentó un golpe en la cara a su contrincante, el cual se tambaleó, pero no cayó al suelo.

Por el parque se escuchaba el jadear de los muchachos, el tenue estruendo del acero contra el acero, el alba aun se veía lejano. Ambos se veían agotados, el olor de la sangre se condensaba en la pesada atmósfera, aunque Tom se encontraba considerablemente más herido, seguía atacando con la misma fuerza y agilidad que antes.

En un abrir y cerrar de ojos, el muchacho de cabellos negros extendió el machete clavándolo en el estómago de Tom, todo parecía haber terminado, sin embargo el tiempo había pasado volando, el sol empezaba a asomar los rayos, y aun la poca luz, comenzó a hacer daño en sus ojos, la policía no tardaría en llegar, decidió abandonar a su oponente herido que sangraba sobre el pavimento, no sin antes tomar algunas partes de los otros cadáveres y, posteriormente, desaparecer.

Cuando llegó la policía, sólo encontró dos cadáveres desmembrados y con signos de canibalismo, aunque determinaron que un charco de sangre no pertenecía a ninguno de los dos individuos. En una casa abandonada, el chico de ojos grises trataba sus heridas, y aunque no había podido vengar a la niñita, la próxima vez que encontrara con aquel hombre obtendría la revancha.



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