Special Way (LGBT)

Capítulo 1: Akira

Creo que todo relato debe de empezar presentando a su protagonista, lo cual, en este caso, es una historia relatada por mi misma.

Tal vez mi nombre sea raro y poco conocido, a diferencia de mi vida debo decir, la cual es completamente ordinaria. Soy una chica de 19 años de edad, tengo un "padre" en el ejército y una madre demasiado ocupada cuidando de mis hermanas gemelas, que pare ce que llegaron al mundo con la única intención de sacarle canas verdes. Por la profesión de mi padre nos llegamos a mudar seis veces desde que tenía 4 años; Chicago es el lugar en donde más hemos vivido y espero que se mantenga así.

Curso mi segundo año en Historia del Arte en la Universidad de Chicago y me alegra poder tomar tres clases a la semana de Sociología. Al momento de escoger una carrera no estaba completamente decidida, es muy interesante estudiar el arte que ha a plicado el ser humano para expresarse desde tiempos remotos, pero de igual manera es interesante estudiar la sociedad en la que se ha desarrollado y comparar ambos aspectos con nosotros hoy en día. Amo como el artista es capaz de fusionar los ambientes y emociones en las que se desarrolla y crea algo eterno.

Si se preguntan por amigos solo podría nombrar a uno: Sam. En mi tercera mudanza llegamos a un pequeño suburbio en el centro de Londres y Sam era el único hijo de el mejor amigo y colega de trabajo de mi padre (ambos radicaban allí), me costaba hacer amigo por la poca permanencia en los lugares a donde llegabamos, pero tuve suerte de encontrar a Sam, pues comprendía el estilo de vida que llevaba; es un chico muy vivaz, con una gran pasión por la naturaleza y con una gran imaginacióón. Fue mi mejor amigo en los tres años y medio que vivimos en Londres. Cuando cumplió la mayoría de edad, sus padres le dieron el permiso de venir a vivir conmigo, e igual entro a la Uni, solo que estudiando Biología; vivimos con mis padres durante un tiempo, pero cuando comenzaron a hablar sobre el divorcio, Sam pensó que sería mejor irnos de la casa, pues era doloroso ver lo mismo todos los días, o bueno, al menos cuando mi padre estaba en casa. Compramos un departamento cerca del centro de la ciudad, lo cual nos convenía mucho, pues estabamos a solo minutos de la universidad y también estabamos cerca de nuestros trabajos. Sam trabajaba en la florería de la Señora Carter, una adorable mujer que bien nos trataba como sus nietos, era viuda y sus dos hijos vivían en Texas, así que eramos su compañía más cercana. Y yo trabajaba en un estudio de fotografía, pues esa es mi otra pasión, la fotografía.

Adentrandonos más en el territorio familiar, mis padres llevar divorciados aproximádamente medio año, ni el nacimiento de mis hermanas pudo detenerlo. De hecho, cuando mi padre se entero de que mi madre estaba embarazada creyó que se trataba de una infidelidad de ella, debido a que el casi no estaba en casay ambos peleaban mucho; incluso pidió una prueba de paternidad cuando mis hermanas nacieron, Por Dios! Son MIS hermanas y SUS hijas!. Con todo eso no quise que mi madre y las niñas estuvieran solas, así que le sugerí mudarse cerca de mi y de Sam, consiguió una casa a dos manzanas de distancia; Sam y yo íbamos cada viernes a cenar e incluso a veces nos quedabamos los fines de semana.

Mis hermanas Olivia y Caroline son bellísimas y una completa bola de caos cuando se lo proponían, pero me alegra que puedan crecer haciendo las travesuras que quieran, no como yo que fue lo opuesto. Me alegra que vayan a crecen entre risas en vez de entre peleas y lágrimas, distanciamiento y dolor.

Nunca crecí creyendo que mis padres se amaran de verdad (o almenos del lado de mi padre), siempre había peleas y noches continuas en las que escuchaba la puerta principal cerrarse de un portazo y en minutos a mi madre llorando. Tampoco quise pasar tanto tiempo con mi padre, de hecho, cuando tenía 12 años me entere de que se perdió mi nacimiento por asistir a una junta que bien pudo haber pospuesto, pero tal parece que eso era los más importante para él.

Juré luego de un tiempo y de poder comprender mejor la situación, que nunca sería igual a mi madre. Dejandome vencer por mi pareja, perdonando todo, llorando desesperadamente por atención. No me malentiendan, AMO a mi madre, no podría vivir si ella; pero me encantaría que entrara en razón y deje ir el recuerdo de mi padre, es una mujer que aparenta muy bien sus 38 años de edad, aún es joven y puede encontar a una persona que la ame de verdad. Se que las pocas veces que mi padre estaba con ella, no dejaba de ver a la indefensa chica de 19 años que llegó dándole la noticia de quer estaba embarazada y desde ese momento la considero una carga, aún y cuando mi madre siempre aceptaba sus deseos sin rechistar.

Mi padre le dio todo a mi madre, menos amor y tiempo.

Tengo miedo de que mi madre no vuelva a ser completamente feliz y cometa alguna tontería que la ponga en riesgo, no se que haría sin ella. Ella, junto con mis hermanas y Sam, son mi única familia. Se que es feliz cuando estamos todos juntos, pero igual se que cuando está sola, sufre.

El amor se me hacía una enorme pérdida de tiempo y no entendía, incluso cuando Sam tuvo a su novia Sophia tenía miedo de que algunos de los dos saliera herido, per siguen juntos hasta hoy y eso es buena señal. Además vengo de una familia donde la mayor muestra de consideracióin que me dio mi padre es cuando me llevó a su trabajo cuando tenía 5 años; ese fue uno de los peores días de mi vida, viendo a todas siendo abrazadas por su padres y dandoles muestras de amor, cuando yo lo intente con mi padre el me gritó que me alejara y que no lo tocara.

Pueden contar con los dedos de las manos a todas las personas que amo.... pero todo cambió.

Todo cambió esa mañana lluvioza cuando llegue a mi clase de Sociología y la ví allí sentada, leyendo a Pablo Neruda y con una gran sonrisa en el rostro, todo cambió desde el momento en que escuche su risa y su dulce voz, todo cambio cuando ella llegó....

Carol Spencer