Capítulo 2: Nunca logre despedirme...

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    Ya se lo que muchos deben de estar pensando.

    Como es que se que estoy enamorada de una chica?

    Nunca tuve ningún problema cuando descubrí mi orientación sexual, bueno, obviamente sentí miedo a que no me aceptaran las personas cercanas a mí. Pero una persona muy importante me enseño que no importa nada de eso, que solo las personas honestas lograrían ver más allá d ela opinión social o cosas por el estilo.

    Sam se la pasaba diciendome que debía de intentar hablarle, el ya sabía desde antes que los chicos no eran lo mío. Él podría ser mi mejor amigo y máximo confidente (aparte de mi madre, claro está), pero hay cosas que no sabe que han ocurrido.

    La situación es que cuando cumplí 17 años viviamos en San Diego y allí conocí a un grupo de chicos que luchaban por los derechos de los homosexuales, me parece que irían a un desfile en Los Ángeles sobre este tema. Yo era una chica introvertida que, debido a nuestro poco tiempo de permanencia en lugares, quería aprender y comunicarme con los demás todo lo que pudiera, solo que a veces no sabía como. Uno de esos días conocí a Emilie, ella era la mayor del grupo (tenía 22). Me pareció desde el primer momento una chica muy linda, era todo lo opuesto a mí, era como una Sam versión femenina. Casi dos semanas después me invitó a salir solo con ella y yo acepté sin ningún  problema, se sentía bien que alguien me invitara a pasar un rato. Me mostró lugares de la cuidad que no conocía, comida de su restaurante italiano favorito e incluso tuvimos una larga charla de temas triviales, ella era muy lista y no temía dar sus puntos de vista sobre cualquier ámbito; pero igual descubrí que era una persona muy sensible y defendía sus derechos y cumplía sus obligaciones, aún y cuando muchos solo veían a una chica que ama a las chicas. Me conmovión de sobre manera cada palabra que decía sobre ese lado de su vida.

    No recuerdo cunato tiempo estuvimos hablando.

    Salímos unas noches más... pero yo ya no sentía solo amor de amistad con ella.

     No todo puede durar para siempre. Dos meses después mi padre nos dijo que teníamos que irnos a Chicago, pues habían pedido su supervisión allí. Yo no quería, pues aparte de Sam, había encontrado otra persona especial. Pero el tendría la última palabra "hasta que dejará de ocupar un cuarto en su casa".

    Una noche antes de irnos alguien irrumpió en mi cuarto, era Emilie. Se había enterado de todo y, al igual que yo, no quería que me fuera sin despedirnos.  Estaba tan emocionada y a la vez triste por el hecho de que vieniera... que no me di cuenta del momento en que nuestros labios se juntaron. No sentí repulsión ni nada por el estilo, de hecho, me sentí muy bien. Sentí algo que desde hace mucho tiempo no sentía o no se me era demostrado, me sentí amada.

    Esa noche fue inolvidable: llenó mi cuerpo de caricias y besos, me susurraba palabras de amor y aprecio y mientras experimentaba el momento más érotoico de mi vida... me dijo que me amaba. Sentí un calorcito en mi corazón, enorme y llenador. Esa noche conocí al fin lo que era amar a alguien y sentirte en casa cuando estas es sus brazos. Era maravilloso.

    Fue una noche mágica.

    Por desgracia, eso no destuvo al destino.

    Nunca volví a ver a Emilie... y ya nunca podré hacerlo.

    Cuando me mudé a Chicago, casi tres meses después de llegar, encontré a Logan (el hermano menor de Emilie). Luego de un café, treinta minutos de charla y preguntarle como estaba Emilie, me contó algo, que aún al recordarlo, siento una apuñalada en el corazón... Emilie había sido asesinada justamente tres día después de que me fui. Ella y los chicos habían ido al desfile que me habían comentado en Los Ángeles, y allí mismo es en donde los mataron en su primera noche, por una bola de malditos y estúpidos homofóbicos.

    Algo dentro de mí se apagó.

    No concebía la idea de haberla perdido para siempre.

    Ella me había ayuyado a ver quien era en realidad, mi verdadero yo, me había amado y correspondido mis sentimientos... y ahora ya no estaba.

    Ni siquiera había podido despedirme.

   Lo que había pasado entre ella y yo había sido un secreto, hasta que entre un llanto sobrecogedor se lo conté todo a mi madre, cada detalle. Aún recuerdo muy bien las palabras que mi madre me dijo cuando le confese esto: "No me importa como seas o que decidas hacer, Dios me dio la bendición más grande de mí vida... esa eres tú; y estoy segura de que el estaría descepcionado si te doy la espalda, así que no me importa Aki. Eres mi hija y la persona más especial en el mundo para mí. Se quien eres y nunca dudes."

    Ella me consoló como nadie más en ese momento, ni Sam sabe de esto.

    Lamentablemente, se que no todo el mundo piensa como mi madre. Se lo conté a mi padre durante una cena, pensaba que aún sentía un poco de afecto por mí, pero me equivoque. Creo que nunca lo vi más enojado y defraudado, solamente gritó cosas que no quiero recordar y se fue de la casa, regreso cuatro días después. No creo poder describir el dolor de mi madre ante esto, me sentí culpable.

    Por eso es que no quería enamorarme de Carol, ni siquiera que me gustara, no quería sufrir como lo hice con Emilie.

    Pero creo que muchas veces las cosas no nos salen como quisieramos, ¿verdad?....



All the love. Mabel xx



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⏰ Última actualización: Dec 20, 2016 ⏰

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