Dama en Decadencía

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Estoy tirada de nuevo, desnuda, mirando los ladrillos del distance limite de mi ahora hogar
El gris de el techo se extiende hasta nuestros dominios.
-triste, agoníca, desesperada, loca, fragíl, pequeña y tan desequilibrada- me apodas al susurrar.
Deslizas tus dedos por mi debilidad, mientras ahogo mis lagrimas en el descanzo de tu cabeza loca.
Te vuelves parte de mi indumentaria , cierro los ojos con el maquillaje oscureciendo mi vista, ahogo todo ruido saliente de esta boca impura, muerdo tus labios con delicadeza en representación a mi afición, tus ojos desorvitan con mis sentidos palpitantes, aprietas fuerte mi mano con la tuya, no quiéres que esto termine nunca, vuelves a llorar contra mi pecho.
Al quererme marchar te vuelves a aferrar a mi como niño presenciado su abandono, río suavemente, te beso tu tan linda frente para luego irme una vez más.
-No, no te vallas, te daré una vida mejor que venderte, por favor no me importa más nada- entre sollozos vuelves a decir tratando inutilmente de persuadirme.
-No, yo no meresco a un buen hombre como tu, y sabes nesesito este trabajo-. Vuelvo a sonreír dejando atrás en ese motel sucio al hombre de mirada triste que con frecuencia visito, escuchando a lo lejos su tenue lamento -¿por qué prefieres prostituirte que el amor? Con esto no solo vendes tú cuerpo, támbien terminas con tu alma-
- VUELVE- esta vez gritas con furia -VUELVE-.
Sabes, no me puedes detener y támbien sabes que volveré porque eres mi uníca bendición en medio de toda esta desolación.

martyrio meo priuorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora