Princess (español)

Capitulo 18

Pensamientos corrían dentro y fuera de la mente de Elena. Ella nunca hubiera adivinado que seria lo que ella realmente perseguiria esas acciones.
"Princesa?" Preguntó Niall, agitando el látigo peligrosamente cerca de su rostro.
"P-perdon" Elena murmuró.
"Perdón, que?" Niall replicó.
"Perdón, papi."
"Buena chica", Niall sonrió, "ahora, quiero que te acuestes de espalda, con los brazos por encima de tu cabeza".
Elena hizo lo que le dijo, poniéndose en posición solo para que Niall se arrastrase encima de ella, a horcajadas sobre su cintura.
"Vamos a jugas a las 20 preguntas, si?" Niall preguntó.
Elena asintió lentamente con la cabeza, los nervios se derritieron tras el segundo, siendo reemplazados por el placer.
"Primera pregunta" dijo Niall, retorciendo el látigo entre sus largos y pálidos dedos, "estas mojada, princesa?"
Inconscientemente, Elena apretó sus piernas juntas, rezando para que Niall no se de cuenta, pero fracasó.
"Ah-ah, princesa" Niall habló, deslizandose por el cuerpo de Elena, separando sus piernas, "te hice una pregunta, no me hagas repetirlo"
Niall le dijo a Elena que se desvistiera. ella sintió que no tenía sentido objetar, por lo que hizo lo que le dijo sin dudarlo.
"Ahora princesa, estas mojada?" Niall hablo de nuevo, despacio.
"Si, papi." Elena gimio, arqueando la espalda solo para recibir un dolor agudo en su estómago.
"Quedate quieta, princesa" Gritó Niall.
Al instante, Elena se congeló, ni un músculo movió, pero una pequeña parte de ella quería desobedecer solo para sentir el places del látigo.
"Pregunta dos, te gusto?" Pregunto Niall, colocando el látigo sobre el colchón.
Elena no estaba segura de lo que debía decir. Pensó que era mejor quedarse quieta, pero eso no duró mucho porque pronto sintió la lengua cálida de Niall contra su sexo.
Un gemido escapo por sus labios, sus piernas se cerraron instintivamente, pero fueron forzadas a abrir por Niall. Continuó provocando y torturando a Elena. Tras cada movimiento de la lengua, sus gemidos se iban convirtiéndo en gritos. Su corazón se quemó. Sus piernas quedaron enturmecidas. Sus dedos se curvaron. Sus dedos luego se enredaron en los rayos rubios de Niall, lo que le hizo gemir también, solo añadiendo al placer de Elena.
Una cosa conducía a otra y Niall y Elena gemian, jadeaban, y se estaban ahogando en el placer.