VIII

638 100 41
                                    

Todo apuntaba a que hoy iba a ser un gran día, el sol brillaba, la temperatura era buena, los pájaros piaban.... y Alfred tenía un examen a primera hora.

-Teneís una hora -decía la profesora de Filosofía con voz calmada- nada de guarrearme el examen, ni de copiar -nos mira a todos con una gran sonrisa- podeís empezar.

Empieza a escribir, este tema se lo sabe más o menos y cree que con lo que ha estudiado va a sacar buena nota, pero no lo malinterpretemos, Alfred ha estudiado lo mínimo, el problema (o más bien la ventaja) es que su profesora es muy hippy y aunque le empiece a escribir cosas que no tienen que ver con el tema le va a poner como mínimo un seis. Todos aman a esa profesora... bueno... casi todos, el magic trio la odia con todas sus fuerzas aunque traten de ocultarlo.

20 minutos después de empezar el examen Sarbu se acerca a la profesora.

-¿Tienes alguna duda cariñín? - le pregunta.

-Ya lo he terminado -dice.

Y con esas cuatro palabras la clase se pone en tensión. Alfred imagina que estan pensando lo mismo que el "¿Tan fàcil es el examen?" "¿Escribe con las dos manos?" "Es imposible, se ha tenido que dejar algo sin contestar"

Sarbu se sienta, apoya sus brazos en la mesa y se pone a dormir.

Alfred mira entonces al chico que se sienta delante de Sarbu, Arthur Kikland. Solo le puede ver de perfil pero le hace gracia los gestos que hace, el como muerde el boli, el mover los labios mientras escribe como si estuviera contestando la pregunta oralmente, como con el dedo indice de la mano izquiera da cinco toques al folio cuando está pensando o como se muerde el pulgar mientras revisa lo que ha escrito.

Apesar de lo casacarrabias que parece tiene momentos en los que es bastante adorable.

Justo en ese momento se levanta y entrega su examen.

-¿Tu también has terminado cariñín?

Al oír eso Sarbu saca la cabeza y sonrie somnoliento.

Cuando Kikland se sienta Sarbu empieza a dibujarle letras en la espalda mientras el mira por la ventana pero por el reflejo de la ventana Alfred puede ver que está sonriendo.

"¿Qué le está escribiendo Sarbu?" Se pregunta.

-Quedan 15 minutooos -anuncia la profesora.

Decide dejar de mirarles y seguir con el examen porque sería muy vergonzoso suspender con esta profesora.

Al tocar el timbre entrega el examen y siente un gran alivio, pues se ha inspirado y cree haberlo hecho mejor de lo que esperaba. Lo que significa que se va a ahorrar otro sermón con tales celebres citas como "el fútbol no lo es todo" "yo a tu edad compaginaba mis estudios y mis hobbies" y todo ese tipo de cosas que solian decir los padres para que sus hijos estudiasen algo.

-Aaaaah tengo ganas de irme a mi casa y dormir -oye como se queja Ivan.

-Pues todavía te queda bastante -le contestó el chino.

-¿Y si nos escapamos durante el recreo? -sugirió el ruso.

Alfred iba a decir que si cuando, de repente recordó que había quedado durante el recreo con Kirkland para continuar su "proyecto".

-Voy a tener que pasar -suspiró.

Sin embargo ambos chicos siguieron hablando como si no hubieran escuchado al estadounidense.

Las clases siguieron su curso de forma lenta y aburrida hasta que oyó la campana y tuvo que armarse de valor para hablar con Kikland.

Mientras que todos iban saliendo lo más rápido posible de la clase, el se acercó a la mesa del inglés, quien parecía estar recogiendo demasiado lento para lo que el consideraba normal.

Dear FriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora