Final

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Ella nunca sintió algo así por alguien.

La adolescente Prim solo se había enamorado.
Pero, no de cualquier chico. Se enamoró de ese chico, el chico ganador, frío pero amigable, callado pero tierno, único y diferente.
Obviamente, todo estaba en su cabeza.

Ese chico no era quien decía ser, nunca fue ese "lindo chico" que conoció Prim. Ese chico era Isaias, Isaias Burgos, el Don Juan de su pueblo.

¿Como es que Prim se enamoró de el?

Muy fácil, lo conoció por internet.

Pero a la joven nunca le importó eso, nunca le importo la distancia, nunca sintió vergüenza al decir que su chico vivía en otro país. Pero, al parecer, Prim e Isaias no eran compatibles.

Ella era inocente, nunca hizo nada para lastimarlo.

El era mentiroso, siempre trataba de ocultar sus mentiras con otra mas grande.

Al fin y al cabo, Prim se enteró de como era y no quería quedarse de brazos cruzados.

[...]

Pasaron solo unas semanas.

Prim no podía quitarse a ese chico de la cabeza.

No comía, no dormía, no se concentraba.

Se torturaba ella sola leyendo todas las mentiras que el le decia y solo llegaba a lo mismo... ¿Por que dedico su tiempo en hacer que lo quiera tanto?

No sabía con que clase de chica se estaba metiendo.

[...]

Una linda chica estaba de intercambio en otro país.

Leila... Leila Prim Hucherson.

Si, Prim estaba tan obsecionada con ese chico que... Decidió vengarse.

A unos meses de pensarlo todo con cuidado, Prim decidió hacerlo.

Entrar a esa escuela donde el estudiaba, ver todo lo que le gustaba de una chica para crear a "la chica perfecta" y...que el caiga en la trampa.

Según ella: no fue venganza, solo que el mundo no se encargo de darle su merecido.

Estaba todo calculado por una mente maligna. Prim, obviamente, no estaba bien.

Pero algo en ella decía que el nunca cambiaría, nunca se daría cuenta de los daños que hacia y los daños que le vendrán a el en un futuro. Ella sólo quería que el pruebe de su propio chocolate...o, en este caso, veneno.

Prim dedico su tiempo en planear absolutamente toda su venganza. Desde la entrada a la escuela, hasta...el gran final.

Nunca esperó llegar tan lejos, pero ella ya no sentía lastima. No, ella sentía que el dolor fue mínimo.

El nunca se esperó eso. Jamás.

[...]

El estaba ahí, en su oscuro patio. Viendo fijamente, con lágrimas en los ojos a lo que sostenía en sus manos...

Un arma.

Un arma con un solo tiro.

Prim solo observaba la escena. No se atrevía a dar un paso adelante.
El no sabia de la presencia de la joven. Pero, le daba igual todo. Ya pronto se sentiría en paz.

Ella decidió acercarse. No tenia sentido quedarse atrás viendo todo, al fin y al cabo, ella amó a ese chico.

No dijo ni una sola palabra, solo sentó en frente de el, observo detenida mente las lágrimas que salían de sus ojos.

Diario de un chico infielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora