El Árcangel Caído

Capitulo 2: Hermandad

Quiero creer que es mi hermano, pero también puede ser una amiga de Alejandra que no se como podría llegar aquí. Me acerco y veo por el visor para quien es. En cuanto observo, le dan un golpe y escucho la riza de Zacarias.

-Ábreme ya weee- Me dice el pretencioso de mi hermano.

Abro la puerta y camino hacia el mientras el se hace para atrás -Si seras idiota ¡te dije que si me ayudabas con una alma, no a que rompieras el visor de mi puerta otra vez!

Mientras camina hacia atrás, llega a su carro y se recarga sobre el -Cálmate, Mateo- Dice mientras saca un cigarro -tienes chingos de dinero, no te quejes por algo tan simple como eso.

Le agarro de la camisa y lo azoto con su auto -No es lo simple, es que tendré que traer a alguien para arreglarla, y tu bien sabes que no me gustan las vistas de los humanos a mi casa.

-Abre te un poco mas hacia los humanos, aunque no seamos unos, vivimos con ellos. Quizá algunos sean un asco, pero...- se queda viendo al cielo como si no hubiera respuesta -algunos son muy buenas personas la verdad.

-Lo considerare, dame el alma que te pedí.- Le digo y estiro mi mano para que ponga la piedra en mi mano. Se me queda viendo con una cara de seriedad mientras su cabeza apunta hacia arriba.

-Aquí tienes- Lo saca de su bolsillo y lo lanza hacia mí. -deberías de salir un poco mas con tus hermanos, Mateo. Felix e Ivonne te extrañan.

-¿Y Diana?

-Pues.... sigue un poco molesta de lo de hace unos años, pero sigues siendo parte de su sangre.

Diana es la mayor de nosotros, cincuenta años mayor que yo. Por lo mismo, ella se toma las cosas muy en serio y se enoja si no se hacen a su manera. Hace unos años abuse de mis finanzas ilimitadas para comprar algunos fármacos y mandar algo por paquete ria hasta Panamá. Para no ser tan malo, dentro de la caja en la que venia ella estaba una maleta y su bolso con sus tarjetas y dinero en efectivo. Sin embargo es muy rencorosa, y no me arriesgo a que me haga lo mismo a mi.

-Por lo que me estas diciendo, no creo que sea una buena idea.- Le digo mientras hago una mueca mostrando mi desacuerdo con el.

-¿Quien sabe, Mateo?- Me dice mientras juega con el humo de su cigarro- Aun así, deberías de visitar a los demás.

-Lo tomare en cuenta.... te tengo que dejar, debo de dar las almas que me pidieron nuestros jefes.- 

-Esta bien, hermano. Ya sabes como me puedes localizar.- Dice Zacarias mientras se sube a su auto.

-Hasta luego.- Levanto mi mano y camino hacia mi puerta para poder entrar y hacer una apertura con el cielo y el inframundo.