Allí estaba yo, rodeada de cuerpos ensangrentados, con el cuello desgarrado y con algunos que otros mordiscos.
Buscaba a mi madre con cautela, vigilando de que nadie se percatase de mi presencia, nadie sabía que yo estaba en Nueva Orleans.El suelo estaba lleno de cadáveres de vampiros, lobos e híbridos. Entre ellos estaban algunos lobos de de la manada de Hailey, mi madre, a la cual seguía sin encontrar.
Mi desesperación aumentaba mediante los pasos que daba, no encontraba a nadie de mi familia por ningún lado, empezaba a asustarme.
Escuché unos pasos tras de mí, causando que corriese hasta la planta de arriba a máxima velocidad, pero resultó en vano ya que choqué con un cuerpo, el cuál tapó mi boca y me arrastró a una de las habitaciones.
Desde el momento en que nací mi madre y yo nos habíamos dedicado a escapar y refugiarnos en algunos pantanos y ciudades desconocidas, ella nunca me había enseñado a luchar, siempre hacía lo posible para que evitase ponerme en problemas.
Por lo tanto, aún así después de un siglo, seguía siendo una novata en lo de ser una híbrida inmortal.Seguía sin controlar mi fuerza, sin saber escapar y correr como lo hacía cualquiera de mi especie, seguía siendo una novata, y todo por la protección que me daba Hailey.
Intenté zafarme del agarre haciéndole una llave a la persona que me había agarrado, causando que esta cayese al suelo de espaldas.
Sonreí victoriosa hasta ver de quién se trataba.
-Klaus.-dije ayudando a que se pusiera en pie.
Él me dedicó una sonrisa de orgullo y segundos después se lanzó a mis brazos.
Era la primera vez que visitaba Nueva Orleans después de un siglo, era la primera vez que visitaba mi hogar.-Te...-me cortó a mitad de la frase, Klaus me mandó a callar y me apretó más fuerte contra su pecho.
Después de quince años volvía a ver a mi padre, volvía a estar en sus brazos, volvía a sentirme segura.
Mi padre acariciaba mi pelo con suavidad, y me mecía de un lado al otro, queriendo parar el tiempo, queriendo estar así toda su inmortal vida.
-Hola pequeña.-se separó y me dio un casto beso en la sien, causando que yo sonriera.-Estás preciosa.
-Papá, estoy igual que hace quince años.-reí.- ¿Has visto a Hailey?-pregunté interesada por saber el lugar exacto donde se encontraba ella.
Klaus me dedicó una sonrisa, la cuál logró tranquilizarme y sonreír.
-Se fue al pantano, esta noche hay luna llena y los lobos necesitan ayuda.-me avisó agarrando mi mano e indicando que me sentase a su lado.
-¿Que a pasado ahí abajo?-desvié el tema de la conversación, sabía que en casa habían problemas.
-Brujos, gente decidida a hacernos morir...-torció su sonrisa y me miró fijamente a los ojos.-Tienes que marcharte Hope, no puedes quedarte aquí.
Me extrañaron sus palabras, pues él siempre se negaba a que yo huyese, él quería que me quedase a su lado siempre, en sus peores batallas, pero ahora me decía que me marchase, no entendía nada.
-No me voy a marchar, siempre has querido que te apoye en tus peores batallas, aquí me quedaré.-me negué a su propuesta de marcharme y me levanté del sillón.
Empecé a deambular por la habitación, miraba cada uno de los cuadros que habían colgados, todos llamaban mi atención, pero había uno en especial, había un cuadro que consiguió que me olvidase de todas la palabras de mi padre.
En él había una luna y una loba de color blanco entre los árboles de un pequeño bosque, los ojos de la loba eran de un color esmeralda y el pelaje de la loba era de un blanco único.-Hope.-se puso frente a mi y me miró fijamente.-No te estoy proponiendo que te marches, te estoy obligando, esto no es una simple batalla.
Lo miré detenidamente, sus ojos transmitían preocupación, Klaus Mikaelson estaba preocupado, me miró suplicante para que me marchase, pero yo no quería hacerlo, no quería marcharme.
-No me pienso ir Klaus.-afirmé dándole la espalda a la vez que la puerta de la habitación se abría.
Por ella apareció Hailey, con el pelo alborotado y la camiseta desgarrada.
Se acercó a mí y besó mi mejilla.-Te marchas en unas horas Hope, no hay más que hablar.-me obligó.-
-¿Que hay de ti?-pregunté interesada, no quería separarme de mi madre, ni de mi padre de nuevo.
-Esta vez te marchas tu sola.-dijo cortante y dándome la espalda mientras se cambiaba la camiseta.- A Mystic Falls, tu padre tiene unos amigos allí que son de fiar, estarás protegida y nadie te encontrará.
No dije nada, simplemente asentí.
No quería marcharme de Nueva Orleans, no otra vez, no podía huir toda mi vida.
Pero aún así lo iba a hacer de nuevo, de todas maneras me iba a marchar a ese dichoso pueblo llamada Mystic Falls.A partir de aquel momento las cosas empezaron a cambiar, mi vida dio un giro de 360°.
Fue algo inesperado, jamás pensaba que fuese a encontrar en aquel pueblo a las personas más importantes de mi vida.
Ese fue el nuevo comienzo de Hope Mikaelson.
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Hope Mikaelson » Damon Salvatore
VampireNovela inspirada en "Crónicas Vampíricas" y "Los Originales" La historia no tiene nada que ver con ninguna serie. Todo escrito es de mi propia imaginación. Todos los derechos reservados.