Lily miraba a su alrededor mientras apretaba fuertemente la mano de su padre. Jamás había visto tantos magos, ni siquiera en el Callejón Diagón cuando iba a comprar con sus padres. La mayoría vestían de forma corriente, para que los muggles no se percataran de su presencia. Pero había muchas personas que llevaban un sombrero de punta sobre su cabeza, o largas túnicas de terciopelo y seda. Estaba asombrada, sin embargo, sus hermanos ya se habían acostumbrado, y miraban al suelo, aburridos.
Harry no pudo evitar sonreír cuando, entre el andén nueve y diez de la estación Kings Cross, vio una pared de ladrillo en la que se arremolinaba un tumulto de gente. Cuando tuvo su oportunidad, agarró a sus hijos y todos pasaron al otro lado, atravesando el andén nueve y tres cuartos. Nada más llegar al andén, una pareja abrazada a dos niños les dio la bienvenida.
—Mamá, mira que naranja tiene el pelo Tío Ron... ¡Lo tiene como tú! —exclamó Lilly.
—Claro, cariño. Saluda a los tíos y dales un beso —le dijo Ginny a su hija que, tras la orden de su madre, le dio un beso a Hermione y un abrazo a Ron. Ginny abrazó fuertemente a su hermano y le dedicó una bonita sonrisa a Hermione, mientras por su mente corrían miles de recuerdos.
—Ejem.
Todos se dieron la vuelta. Ninguno se había percatado de que Harry, nervioso y sonriente, estaba detrás de su familia. Hermione echó a correr, y ambos se cayeron en el andén. Cuando Ronald fue detrás, los dos jóvenes se dieron un golpe y, tambaleándose, volvieron a caer al suelo. Todos los años se unían en aquel día tan especial. Hermione y Ginny lloraban, emocionadas; los niños subían al tren junto a sus compañeros; y Harry y Ron se iban al Caldero Chorreante a tomarse unas cervezas de mantequilla.
Pero aquel año iba a ser diferente. Esta vez, Harry pisaría los estrechos pasillos del expreso de Hogwarts. Se sentaría junto a los profesores, comería ranas de chocolate y, sobre todo, enseñaría Defensa Contra las Artes Oscuras en Hogwarts, la Escuela de Magia y Hechicería.
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Harry Potter y la diadema de Rowena Ravenclaw: El Retorno.
Fanfiction"Hogwarts siempre estará ahí para darte la bienvenida a casa".
