Adam, al no encontrar escapatoria, desidio parar, estaba totalmente agotado, no podía seguir más el pánico, el cansancio lo tenían al borde de lo que un humano podría soportar, no podía creer lo que estaba ocurriendo, sólo lograba sentarse y pensar: «Que hise para mereser esto», por un momento se sintió tranquilo, pero al instante, llegó... «¿Finalmemte decidiste?» El joven observaba a su alrededor, tenues luzes iluminaban el ambiente, no había nd, absolutamente nada a su alrededor, estaba solo, un silensio sepulcral lo rodeaba. «Como llegaste a mi» pregunto Adam con calma, ya no sentía miedo, sólo sentía que debía confiar para poder salir de la pesadilla, «Esta pesadilla ¿la creaste tu?, ¿ qué es lo que quieres de mí? ¿podrias explic....» Se quedo sin habla al ver a su demonio cara a cara a pocos centímetros de distancia de el, un ser alto, delgado, encorvado en posición de un depredador, sus cuerpo paresia estar hecho de lodo, se encontraba derritiéndose constantemente, sus ojos eran como dos espacios rojos en el lugar donde se supone, deberían estar los ojos, eran cuencas vacías pero brillaban. «Basta de preguntas, simplemente, quiero escapar al igual que tu de este mundo, de esta pesadilla, que la creaste tu. Tu me creaste, ¡tu!, todo esto es culpa tuya, todo lo que vez, así está tu corazón, sólo... toma mi mano.... y se libre...» Extendió su mano, Adam se encontraba con la mirada perdida, como poseído, imnotizado, estediendo su mano ante aquel extraño ser. Sus dedos viscosos estaba llegando a la punta de los dedos de Adam, pero Adam reaccionó, al ver a la distancia que se encontraban... Despertó....
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