Final

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El silencio era demasiado pesado. El único sonido que se escuchaba era el de coche moviéndose ágilmente por el asfalto.
Ni aun cuando había estado atada a una silla negociando su vida se había sentido tan nerviosa.
Sus manos estrujaban el borde de su vestido y temía girar la vista porque sabia que se encontraría con la oscura mirada de Miccar.

El auto freno y luego ingreso en el garaje de un edificio.

El recorrido desde el auto al ascensor y del ascensor al departamento siguió siendo en silencio.

《¿Por que demonios no habla? Tal vez espera que tu hables》
La incertidumbre la estaba matando.

El departamento era espacioso y moderno, lleno de fotografías al asar de paisajes, paredes blancas y otras de un azul oscuro. Un plasma y unas sillones adornaban una esquina. Por una puerta se entre veía una cocina espaciosa.

Pero no fueron mas allá ya que el la retuvo y la miro con una mirada difícil de interpretar.

Los planes de Miccar eran otros, pero cambiaron de rumbo cuando supo que la Señora Zares era familiar de Clarisse. A partir de ahí quiso respuesta. Y no iba a parar hasta conseguirla.

La invito a sentarse en el sillón y, con mucha fuerza de voluntad, evito pensar en ella de forma mal intencionada o con doble sentido. Aunque se le complicaba con ella levando ese vestido que no cubría correctamente sus piernas.

Se lamio los labio y decidió empezar con su interrogatorio.

-¿Quien eres realmente?

Siempre le gusto ser directo, sin rodeos, y no tenia intención de cambiar eso.

La respiración se le atoro cuando esa sencilla pregunta llego a sus oídos.
Bueno, no era tan sencilla. Era demasiado relativa.

-Ah...pues-las palabras se le atoraron y su mente se bloqueo. Desde cuando crear una mentira se le hacia tan complicado. Miro al hombre frente a ella y sus mejillas tomaron color ante la penetrante mirada.
《Demonios》
Respiro hondo.
《Tu puedes, se lo debes》

Sabia que, si alguien podía saber su pasado, seria él. Solamente él.

-Mi padre era un empresario reconocido. Cuando yo era chica. No se que paso pero sus fondos empezaron a desvanecerse. Luego los mataron, a él y a madre. Mi padre era muy inteligente y me enseñó todo lo que se. También me protegió de modo que, si algo le pasaba, yo no tendría que lidiar con el sistema. Me escape de la institución de menores y me interne en las calles donde tuve que luchar por mi vida. Con solo quince me convertí en una famosa ladrona. Entonces empecé a investigar sobre mis padres. Sus fondos habían sido robados y liquidados de forma  ilegal. Y ahí empezó todo, recupere cada centavo que le pertenecía a mi familia.

Miccar sabia que había mas, lo veía en los ojos de ella. Pero no indago. No era necesario. No en ese momento.

-¿Dame una razón para no entregarte a la policía Clarisse?

Su voz salió fría y dura.

Ella sonrió tristemente y volvió a enfrentar su mirada. No importo si estaba haciendo lo incorrecto, simplemente quería dar una verdadera razón a alguien. Quería ser ella misma, sin mascaras. Sin mentiras.

-Tienes todo de mi, sabes quien soy, de donde vengo y a donde voy. Sabes como ubicarme. Eres el único ser en la tierra capaz de moverme el mundo con solo un pensamiento. E irónicamente termine siendo la victima ya que me has robado el corazón y pasado de ser el gato a ser el ratón.

Ninguno apartó la mirada.

Miccar la tomo de la nuca y beso suavemente sus labios.

El calor aumento y el nivel también. Ambos se perdieron juntos encendiendo el fuego que juntos llevaban y entregando sus corazones. Robándose entre ambos.


Miccar despertó sonriente. Se desperezo y busco a la joven que lo había hecho feliz la noche anterior.

Pero no estaba.

La busco en su habitación y no había rastros de ella.

Bueno solo una nota sobre la almohada.

"Encuéntrame"

Se sintió estúpido e ingenuo.

《Claro que no se quedaría imbécil》

Se levanto en busca de algo fuerte que tomar.

Su corazón empezó a palpitar fuerte cuando la vio sentada en su sillón leyendo el diario.

-La Señora Zares acaba de ser encarcelada y espera un buen juicio. Valla, la justicia es rápida cuando le conviene-ella miro sobre el diario-¿Vas a quedarte ahí mirando como escupido?

-Creí que te habías ido.

Ella se levanto y acerco al aturdido joven.

-Creo que el juego del gato y el ratón termino anoche. ¿Tu que crees?

Su rostro se ilumino y le sonrió. Apoyo su frente con la de ella y roso sus labios.

-Creo que recién empieza.


De Como Robar Un Corazon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora