-Quizás no volvamos a vernos, pero se que nunca nos olvidaremos-pense esperanzada.
Bueno seguro que el no me olvidaría. Sus ojos miraban el cielo azul mientras la sangre goteaba por su mejilla, y le hacía boquear como un pez.
-Si, estoy segura de que nunca me olvidarás.-le dije con una sonrisa en los labios, mientras le besaba en la boca relamiendome por el delicioso sabor de la sangre...y de la muerte.