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Mi cuarto, mi cama, mi ropa y varias maletas para empacar. Esto es pasar un excelente viernes de vacaciones...

-¿Ya vas a terminar? - Mamá entra en el cuarto con sus tubos en la cabeza y las uñas recién pintadas señal de que saldrá de fiesta mientras yo me quedo en casa empacando. Bien.

-No, mamá- suspiro - aún no.

-Bueno... - muerde su labio- Hay comida en el refrigerador o si quieres puedes pedir pizza. Hay dinero en la barra y el teléfono ya te lo sabes.

-¿A qué hora te irás?

-Quedaron en pasar por mí a las 9:15. - Miro el reloj que esta sobre mi buró y río.

-Son 5 para las 9.

-Dios, Sammy.- entorna los ojos y se sopla las uñas. Me mira egocéntricamente mientras se quita uno por uno los tubos que hay en su cabellera negra dejando caer rizos hermosos.- Sólo falta el maquillaje- finaliza quitándose la bata rosada. 

La observo por unos segundos, mi mamá es hermosa, sus ojos celestes se llenan de brillo cada que sale, sus curvas se delinean perfectas en ese escoltado vestido que lleva haciéndola parecer más joven de lo que es. Aparto la vista cuando las lágrimas comienzan a picar mis ojos.

-Mamá me quiero quedar – Trato de contener las lágrimas.

-Samantha, lo hemos hablado ya...- dice ella con desespero.

-Pero... Mamá, yo no quiero irme, ni siquiera creo que sea conveniente que...-

-Tu padre quiere que te vayas con él porque "yo no soy una autoridad para ti" - dice haciendo comillas y mis lágrimas se acumulan en mis ojos.

-¿y no puedes demostrarle lo contrario?

-Sam, es lo mejor para ti. - suspira cansada de volver a oír el mismo tema.

-¿Para mí, o para ti? - Me acerco a la puerta y la encaro dejando que algunas lágrimas salgan de mis ojos.- ¡Prefieres estar en una fiesta en lugar de quedarte a pasar unas últimas horas con tu única hija!- grito desesperada e inmediatamente su mano se lanza contra mi mejilla dejándonos a ambas atónitas.

Sostengo mi mejilla que palpita por el impacto mientras ella sólo me mira con rabia.

-No eres más una adolescente. Eres mi madre aunque eso te friegue la vida.-
Mis palabras están llenas de odio, rencor y tristeza que provocan que ella vuelva a levantar su mano. Cierro los ojos, pero en lugar de oír su palma chocar con mi mejilla, la puerta se azota y vuelvo a quedarme sola. Respiro hondo y me tiro a mi cama.

-Así que ahora tendremos que irnos al otro lado del mundo a vivir- le digo a un peluche que encuentro entre mi ropa y continuo doblando.

...

La caída de algo me despierta. Miró el reloj: las 3 A.M. debí quedarme dormida mientras doblaba porque aún no he acabado. Me levanto de mi cama y me dirijo al pasillo. Cuando llego a la cocina mamá esta riendo como loca sentada junto al refrigerador. Me acerco a ella y la ayudo a levantarse para llevarla a la cama.

-Cariño, hoy conocí a un chico y uuufff... besaba...- se ríe y pone su peso entero en mi- pero no pudo acompañarme aquí porque aún estas.- se vuelve a reír y empuja con su mano la puerta de su cuarto.

La acuesto en su cama y antes de que me vaya continúa con su relato. -Le hablé de ti y de tu papá- se ríe otra vez- ¿sabes qué me dijo? - grita esta vez y ríe de una forma que da miedo- dijo que era una estúpida por haber dejado que nacieras- hace una pausa y no estoy segura si ya se durmió o sólo toma aire, o algo...- pero te irás con tu papá así que ya no tengo problema...- ríe y seguido se queda dormida mientras a mí me llenan de dolor sus palabras.
Salgo de su cuarto con lágrimas en los ojos por sus ebrias palabras y como el sueño se me ha quitado continuo doblando y guardando mis cosas.

AFFAIREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora