Recordando.

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Una noche de luna...

Una playa cercana a un peligroso risco...

Ahí, la marea arrastra dos cuerpos, destinándolos en dicha playa.

El más pequeño reacciona primero, temblando por el frío, se queja al sentarse y mira a su alrededor, trata de recordar como llego a ese lugar.

Cuando se da cuenta, rápidamente voltea preocupado , palpa la arena desesperado... buscando, hasta que sus ojos se acostumbran a la noche y encuentra el cuerpo de su psiquiatra Hannibal Lecter.

Con dolor se arrastra para estar a su lado, cuando lo consigue checa sus signos vitales.

Aún hay pulsó.

Hace un repaso mental sobre primeros auxilios y junta sus manos sobre el pecho de su doctor y empieza.

Hannibal tose muchas veces escupiendo agua, parpadea y analiza su situación actual, sin ninguna emoción en su rostro, busca los ojos del contrario y cuando se ven mutuamente... Ambos sonríen.

-¿Estamos vivos? O ¿ambos estamos muertos?.- la pregunta tan repentina y tan poco sería de Hannibal hace aflorar una ligera sonrisa en  Will. Toda la situación era absurda, acababan de matar a un asesino serial juntos, a sangre fría. Tienen heridas graves y de milagro siguen vivos, su antiguo doctor acaba de fugarse del hospital psiquiátrico y el! Un oficial de la ley ayudo en la fuga y el asesinato.

-No creo que estemos muertos doctor Lecter, pero estuvimos cerca.- La voz de Will era sarcástica, pero le seguía el juego.

Hannibal agradecía la facilidad con la que Will aceptaba la situación, no quería lidiar con su culpabilidad a causa de su falso ideal de justicia, no ahora que prácticamente habían renacido... Que poético.

-Si estuviésemos muertos, estaría agradecido de habitar en el purgatorio con su compañía, oficial.- Quería incomodarlo, no podía evitarlo, desde que se conocieron quedo "encantado" con las múltiples reacciones de Will, más aún con las negativas, pero no era momento de diversiones.

Sin prestar atención a lo incómodo que había dejado a Will, decide levantarse, no estaba tan herido como creía, tenía heridas donde se veía la carne, pero aún podía caminar, así que era positivo su diagnostico.

Will observo en silencio los movimientos lentos y aunque un poco torpes, no dejaban de ser elegantes... Como sólo Hannibal puede ser.

Por su mente pasaban miles de pensamientos, el más fuerte de ellos era lo increíblemente incómodo que se sentía en la presencia de Hannibal, una parte de el aún sentía esa extraña y retorcida atracción hacia el, pero la otra parte era la que sólo lo podía ver como un asesino serial que intentó aniquilar a su familia.

Familia.

Su esposa ahora mismo estaba en el hospital recuperándose, su hijo estaba solo y asustado, aferrado a la esperanza de que su padre acabara con la existencia de este horrible monstruo.

Monstruo con el que había matado, monstruo que le había enseñado lo que Garret Jacob Hobbs quiso mostrarle desde el principio... Algo hermoso.

Dolor.

Los dolores de cabeza eran parte de su día a día, pero ahora eran causados. Pensar en como su compañero que le había enseñado la hermosura en aquello que el quería convencerse de que era horrible.

Dolor.

Sobándose las sienes decidió dejar de pensar en ello y seguir a su doctor, le hacía señas desde unos arbustos a varios metros de distancia.

Renacer. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora