Un día...

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¡Hey! ¿cómo están? Soy namine, su nueva escritora. La realidad es que la otra persona que se presento como namine era mi amiga Isabel y lamentablemente abandonará la historia. Me parece un cambio muy brusco y feo, así que yo la terminaré por ella. Daré lo mejor de mi! Esperó les guste esa historia :')


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Era un día frío y con unas nubes espesas y pesadas asechando el cielo de la ciudad, un joven pelirrojo se encontraba viajando de regreso a su hogar, su amada cul de sac, hacía ya 3 años que había dejado la promesa de volver. Y debido a que su celular debió ser cambiado por un accidente, había perdido el contacto con su amado ojos zafiro. De verdad lo extrañaba, y aún que sólo ellos dos sabían aquel secreto, estaba seguro de sentir algo por el y que fuera correspondido, era como un sueño. Se había perdido en sus pensamientos por un tiempo, le habían parecido 5 minutos pero, una voz femenina lo regresaría a la realidad.


-Kevin, hijo... Ya llegamos, ¿llevas una hora entera viendo por la ventana, estas bien? -una hora...¿una hora? ¡Había pasado tan pronto! Pensó el pelirrojo para si mismo, mientras sin decir una palabra salia del enorme camión de viajé para ir directo a su hogar.-


-Llegamos más tarde de lo esperado... -decía el pelirrojo en voz alta por accidente mientras observaba su reloj.-


-No mucho, pero, sera el primer día de clases, no hay nada muy importante, ¿porqué la prisa hijo? -la mujer se había llenado de interés al instante.-


-N-No es nada, madre. Sólo... Extraño a mis amigos. -decía con una mirada melancólica a la nada, pensando más en su chico de gorro negro que en los demás, quería abrazarlo, sentirlo, besarlo.... Lo necesitaba.-


-edd ya se encontraba en la escuela debido a que quería mantener su puntualidad dorada bien en alto, pero eso no quitaba su preocupación por Kevin. El chico siempre prestaba extrema atención a sus clases, pero ese día era diferente, su amado pelirrojo aun no había llegado y estaba preocupado.

Durante una larga hora estuvo perdido en sus pensamientos y una voz lo saco en seco.-


-¿ya viste quien esta afuera doble dulce? - decía su amigo nathan desde su asiento a un lado de doble d, llamando la atención de este último.-


-¿Quien nath....? -sus mejillas tenían un color rosado, su pelirrojo estaba en la puerta suplicando a el maestro que le dejará entrar a la clase.-


-De acuerdo joven Kevin, pasé. Pero a la próxima no se la voy a perdonar... -fruncía el ceño su maestro dejándole entrar.- ahí atrás hay un asiento vacío... -estaba muy apartado de su chico.-


-¡disculpé señor Paluza! -grito nathan desde su asiento.-


-Paldeza. -corrigió a el pelo turquesa que nervioso lo miro unos segundos.-


-Creó que me siento muy enfermo, verá, en la mañana comí un extraño desayuno, tomé todo lo que encontré en la nevera y yo... -fue interrumpido al instante.-

((EN EDICIÓN.))  No mires atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora