Supongamos que te echo de menos... ¿Volverías? Supongamos que no hay día en que no me acuerde de ti, y cada vez que te pienso tenga que distraerme para poder parar.Supongamos que me atrevo a decirte algo, ¿reaccionarías? ¿Crees que merece la pena empeñar mi orgullo o empeñar la poesía?Supongamos que desaparece aquél fin se semana.Supongamos que aquello no acabó conmigo.
Y ahora...
Ahora yo supondré que tú aún no me has olvidado, que tu intención no era la de alejarme matándome poco a poco, que aún queda esperanza, que no la hemos desperdiciado toda.¿Marcarías mi número? Son las cuatro de la mañana de cualquier día de agostoy es tu silencio el único que ahora me despierta al caer la noche. Es tan difícil conciliar el sueño después de habértelo regalado a ti.A veces pienso en llamarteo escribirte para que me lo devuelvas. Echo de menos a la persona que solía ser antes de conocerte...Antes de convertirme en la mitad de todo. De nada. Sin ti me sobra la mitad de la cama, de la almohada, del sofá. Sin embargo, te fuiste. Y a mí sólo me queda suponer que a ti también te sobran las mismas mitades.
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