Nunca me importo nadie, nunca había llorado por otro ni había sentido pena o compasión. Nunca había amado a nadie, yo era la única protagonista de mi vida, los demás eran extras. Ni saludaba a nadie, ni recordaba sus nombres, no atendía el teléfono ni contestaba mails. Vivía en una isla, y era la reina. El fue mi amor y mi aliado. El creó los lazos que me sacaron de mi aislamiento. Ellos nos dieron amor sin pedir nada a cambio, y amándonos así nos enseñaron a amar. Ellos nos enseñaron que amistad significa amar. Ellos fueron el espejo que refleja nuestra mejor cara, la verdadera. Ellos nos perdonaron una y otra vez. Y cada vez que fallamos, nos dieron una oportunidad mas. Ellos nos dieron el único lugar en el barco, el último plato de comida, el único abrigo para el frio. Ellos nos dieron todo y no pidieron nada. Ellos dieron su vida para que nosotros le demos sentido a la nuestra. Ellos vinieron a un mundo oscuro, solo para iluminarnos. Vinieron solo para sacarnos del abismo. Llego el momento de ser aliados de nuestros aliados. Ahora nos toca liberarlos a ellos, porque sin ellos somos nosotros lo que estamos aislados.
