Capítulo 3

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Desperté a las 10:00 AM y en un tiempo efímero me vestí con mi ropa adecuada. Salí del cuarto escuchando como desde abajo mamá preparaba nuestros desayuno y hablaba con alguien a quien reconocí a primera palabra. Bajé de dos en dos las escaleras emocionada ante su inesperada visita y cuando llegué a la cocina vi esos hermosos ojos color verde.

— ¡Alex!

—Por fin despiertas, hace un rato fui a echar un vistazo a tu cuarto y vi como roncabas con la boca abierta llena de baba y los pelos despeinados.

Empezó a hacer caras tratando de imitar la imagen que visualizó y claramente exagerándola un poco.

—Yo no ronco, ¿Seguro me viste a mí? Debes haberte confundido con Mary—ahogué una sonrisa y proseguí—sin duda es ella la que siempre se levanta con toda la baba seca por la cara.

—Le tienes envidia a mi princesa.

—Claro, mucha envidia —solté con ironía.

—Dejen de hablar de Mary —interrumpió mamá— que ya prepararé el desayuno.

Me senté al lado de Alex y él me abrazo por un instante pasando su mano por mis hombros y dándome un suave beso en la frente, como hacía de costumbre.

Mary llegó quince minutos después a la cocina, tenía la cara limpia y su pelo estaba atado de manera algo desprolija, llevaba el uniforme de la escuela y fue directo a los brazos de Alex cuando lo vio. Alex siempre malcrió a mi hermana a su manera, ella siempre me decía que cuando fuera grande ellos se iban a casar, que tendrían muchos hijos y una iguana llamaba Poop, y sí, una iguana, porque mi hermana jamás se conformaría con un perro o un gato.

No es que me importase un poco pero creo que la palabra primos no le quedaba en la cabeza, pero igual, sea como sea ella era feliz con su ilusión y me bastaba a mí.

—Pensé que tenía que irte a buscar a tu casa, Alex.

—Sí, es que la tía me invito a desayunar y no pude decirle que no, viviría aquí si fuera por mí con lo bien que hace las comidas, y claramente por cómo me trata la tía—en ese momento mamá pasó por su lado regalándole una caricia sobre su mejilla— así que, aquí estoy.

Tipo 11:30 nos fuimos preparando para irnos de casa, mamá terminó de arreglar a Mary y fue en busca del auto para poder así llevarla a la escuela. Papá para ese entonces se encontraba en su trabajo, los primeros tres días trabajaba en la mañana y generalmente cuando volvía de la escuela ya estaba con nosotras. Cuando todos estábamos listos para partir mamá me dejó algo de dinero para poder comprarme lo que yo quisiese.

Caminando a la escuela junto a mi primo, fue contándome como su amigo James se había tatuado un lobo en su brazo izquierdo y cómo le hicieron un descuento por darle un beso a la tatuadora que tenía un piercing por la lengua y otro en la mejilla.

Alex era un chico popular en un bar rockero donde su banda se presentaba muchas veces. Yo sabía que era así porque en algunas ocasiones lo acompañé, yo me reía cuando James y Alex querían destacarse, no competían porque eran una clase de dúo dinámico y eso a muchas chicas les gustaba.

—Este es el último año Lis, hay que saber aprovecharlo, y cuando digo aprovecharlo hablo de salir más no de hundir la nariz en los libros como siempre haces.

Rodeé los ojos.

—Está bien, pensaba buscar alguna clase de empleo o...

—No hablo de trabajar, hablo de divertirse, y esas cosas.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2016 ⏰

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