—¿Te hago daño? —preguntó en voz baja.
—Todos los días... —respondí también en voz baja.
Quédate, por favor. Quédate conmigo, no me dejes.
Esta vez era distinto.
Fue la letra de la canción. Era preciosa, incluso conmovedora. Era una declaración poética de amor y pérdida, inseguridad e incluso muerte. De desear que una persona a la que había abandonado lo recordara como una buena persona, una persona digna de que lo echara de menos.
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Entre Letras Y Canciones
Random*Recopilaciones de frases que cuentan historias y canciones que describen tus sentimientos*