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El Empire States deslumbraba con sus luces extravagantes, esas mismas que pintaban esta noche con sus hermosos colores.

Era la primera vez que miraba a esta ciudad, Nueva York, con esa mirada, ese pensamiento, con ese especial sentimiento. Un suspiro salio de mi boca, sin querer había empañado la ventana, y, sin dudarlo hice la inicial de mi nombre. A través de esa "P" se veía ese hermoso paisaje. Debía volver, dejar de soñar esa vida "perfecta" si es que así se le podía decir.

-Perdón, solo pensaba- Dije tratando de excusarme. El solo afirmo y me volvió a mirar, con esa hermosa y presionarte mirada, estaba en todo su derecho, era simple lo que debía responder, si o no. Nada mas ni nada menos. Si o No.

Ya estaba tardando demasiado. Estaba impaciente, nervioso, hasta se podría decir violento, pero... No tengo excusa. Debía tomar la decisión mas difícil de mi vida, aunque, ya lo tenia decidido solo era decirlo y romper todos sus sueños, esperanzas y, mas importante su ilusión por esa puta vida "perfecta".

Condenada. Entre la espada y la pared. No se supone que tengo libertad de decir lo que quiero? De tomar las decisiones que a mi me parecen correctas?

Pues no. La "libertad" de este mundo no funciona así, y lo peor, me había dejado convencer, pensaba que estaba bien.

COBARDE, HIJA DE PUTA, COBARDE.

Lo hiciste y no te importo un carajo como se iba a sentir.

Obviamente dije que no. No me casé.

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