Escéptica.

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No confíes en la palabra de todos, le decían. 

No siempre están diciendo la verdad, le decían. 

No prestes tu confianza a cualquiera, continuaban diciéndole constantemente. 

La joven evadió aquellas palabras, sin aceptar la verdad, mintiéndose a sí misma, siendo una escéptica, creyendo en las promesas de aquel bastardo, el cual se hacia llamar "amigo", quien solo deseaba mayor poder, más dinero a su beneficio, para gastarlo y tirarlo por la borda. 

Ella prosiguió con su credulidad. 

Hasta que la decepción llego a sus ojos, haciéndole ver quien era en realidad aquel al que llamaba amigo. 

Todas las palabras dichas por él eran puras mentiras, y ella le había entregado su confianza, estaba tan arrepentida viendo como aquel idiota se gastaba cada centavo dado por la joven, en un misero juego del casino, y pensar que su supuesto amigo le rogaba por dinero, diciendo que tenía a su madre enferma. 

Y de repente, la joven cayó en la realidad, había concedido su confianza a un idiota que paso por su camino, justo cuando esta pasaba momentos difíciles entregándose a cualquiera, aquella confianza establecida era una completa mentira. 

Por si fuera poco, esta solo se limito a ir hasta donde estaba este, presionando los puños frente a él, le grito; 

—¡Traidor, eres un maldito traidor! 

Este solo la observo y río.   

En todo ese tiempo, había sido una completa escéptica, mintiéndose, haciéndose creer que no estaba sola, que al menos tenía un amigo entre tantas personas, no queriendo aceptar el típico dicho de "mejor solo que mal acompañado" esta prefirió  estar mal acompañada a estar sola. 

Siendo escéptica

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