Ella caminaba con confianza, poniendo con exactitud un pie tras otro. Cualquiera que la viera pensaría que ella es una mujer decidida, valiente, que era una mujer que sabía dónde iba. Lo que la gente no llegaba a ver era el miedo que escondía tras sus ojos verde pistacho. Ella no sabía dónde iba ni si llegaría a dónde quisiera que sus piernas la estaban llevando.
Ella era la chica de hierro con un corazón de papel.
Ella era sombra tras la luz.
Ella era un gato que se perdía por Madrid