Poquito de mucho

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Alta, grande, corpulenta, así es como me describen. Baja, pequeña, flaca, así es como quisiera ser. La vida quiso que yo sea así, sabiendo que querría ser lo contrario. Es una prueba que me pone para luchar por eso que quiero pero que sé que es difícil, casi imposible, por eso lo hace, y está bien.
Los amigos de mis padres creen que soy respetuosa, que sé escuchar como también sé dialogar, me conocen como una chica responsable y se lo debo a mi familia. Ellos fueron quiénes me dieron lecciones acerca de la vida sin ningún manual que les diga qué hacer, sino que a su manera, y aunque no tengamos una relación súper genial como las que suelen tener todos los demás, por mí está bien, es entendible, perfectos no son. El tema es que ellos no entienden que yo, perfecta no soy, no lo soy y no lo soy. Nunca lo seré. Es más, nunca me aproximé a serlo.
Lo que no me enseñaron fue el día a día, algunas cosas digamos que sí pero no todas. Y las peores no me las enseñaron. No me enseñaron a lidiar con desconocidos que pasan a ser conocidos, que sin saberlo pasaron a ser amigos, que esos amigos se convierten en mejores amigos y que esos mejores amigos terminan siendo parte de la familia, unos hermanos. Pero lo peor es que estos amigos por pequeñas situaciones pasan a ser desconocidos nuevamente, y ese cambio es totalmente una pesadilla, pero está bien, tus padres te lo habrían mencionado...
Hablemos un poco de lo que piensan mis amigos acerca de mi manera de ser... Creen que soy algo cursi, algunos me dicen que soy cariñosa y otros dicen que soy insoportable, algunos dicen que soy responsable otros que me boludeo, todo coincide. Pero está bien.
Yo no creo eso de mí, tengo sólo la capacidad de ver mi alma negra. Creo que soy un poquito cariñosa, la mínima; que soy respetuosa pero irresponsable; soy demasiado insoportable y escandalosa; muy celosa para la humanidad, capaz de hacer cosas indebidas por ello; soy rara... Mejor dicho diferente, no significan lo mismo. No me considero una chica por así llamarlo "normal" con vestidos y tacones, alhajas, muy femenina, dulce, cariñosa, tímida, delicada, bonita, flaquita, bla bla bla. No, no soy así. No visto vestidos ni tacones; lo máximo que uso son dos anillos; no soy femenina y algunos creen que es por el fútbol (aclaro que el fútbol nunca tendrá la culpa de algo, cuando es él quien es capaz de alejarte del mundo cuando es un caos, él no te define más o menos hombre, más o menos mujer, eviten esos comentarios); no soy dulce; cariñosa rara vez; tímida lo soy pero en un primer instante; delicada en lo más mínimo; de la belleza ni hablemos, me la robaron cuando nací; flaca menos que menos. Pero está bien. Todo está bien. Todo tiene que estar bien. Soy así, por más que quiera forjar un cambio no podré porque es mi naturaleza, si vine así al mundo fue por algo... Mi madre cuando era pequeña me decía que ella me había soñado y nací como en su sueño, rubia, de ojos celestes, cachetona y valiente, pero llegó mi adolescencia y dejó de decírmelo. Qué casualidad.
Está bueno ser diferente, los diferentes conocemos más allá de lo igual, más allá de todas aquellas cosas que conocen los iguales. No me molesta, pero a la vez sí. Que tu madre no te repita lo que te solía decir duele. Es un disparo al corazón que realmente se siente. Se siente ese cambio. Dejaste de ser esa niña para convertirte en lo que sos. Y por más de que te digan cosas negativas, no los escuches o al menos inténtalo, como yo. Sólo vos, sólo vos sabes quién sos y nadie más lo sabe, sos vos contra el mundo, sé fuerte, todo estará bien.

El mundo y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora