Soltar duele, pero es un dolor diferente, un dolor de vacíos. Soltar es despedirse, y las despedidas por más necesarias que sean te lastiman todo el cuerpo. Soltar por el miedo de no estar haciendo lo correcto se siente en la piel, y el miedo a dejar de hacerlo también. Soltar es dejar ir lo que tanto se amó, lo que no se puede retener, la flor que se transformó en espina, y eso duele, duele demasiado. Es el dolor del amor que pelea cuando siente que muere, es el dolor de la esperanza que se acabó ayer, es el dolor de creer que llegaba la primavera y descubrir que en su lugar irrumpe el más frío de los inviernos, es entender que la presencia de uno le hace mal al otro, es entenderlo y aceptarlo, aceptar que la única salida es esa, soltar. Soltar el amor y el deseo de lo que pudo haber sido y nunca fue. Soltar la ira, el resentimiento. Soltarse a uno mismo, entregarse. Soltar la ambición y el anhelo de convertirnos en otro, reconciliarnos con lo que somos. Soltar el pasado duele, y soltar lo que pudo ser duele más todavía. No hay nada más triste que la historia que no pudo llegar a escribirse, ni nada más doloroso que llorar en soledad por lo que pudo haber sido. Soltar es saber que nos vamos o llegamos, y a lo mejor no hay nada ni nadie esperándonos. A veces hay que animarse a mirar lo que duele y a aceptar lo que sucede, hay que animarse a saltar sin temor de caer al vacío. Soltar es aceptar el dolor y adueñarse de él. Soltar es dejar que el alma llore hasta quedarse sin lágrimas. Soltar es asumir el dolor del otro sin decirlo, en silencio. Soltar es dejar que la llama finalmente se apague sabiendo que no hay nada más triste que el amor cuando se termina.
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El mundo y yo
РазноеSoy una chica distinta e igual. Suelo escribir cuando me siento bien como mal. Intento reflejar mi mundo en mis palabras y relacionarlo también con el de los demás. No escribo con hipocresía sino que con sinceridad, no tolero hipócritas y el mundo e...