*Cuatro*

15 3 3
                                    


5 de Junio de 2016

Querido Ansel:

¿recuerdas los mejores momentos de nuestra niñez?

Recuerdo caminar contigo y leer poemas. ¿Recuerdas cuando comimos comida de bebé?

Recuerdo cuando tiraste tu helado en la banqueta y platicabamos durante horas. 

O aquella vez que me defendiste en la escuela?. 

O cuando intercambia vamos regalos para navidad?. 

O ese helado que disfrutábamos tanto por las tardes de verano?.

¿Recuerdas cuando me acompañabas por libros o , cando te acompañaba por cd's?. 

¿Recuerdas cuando charlábamos por horas?¿recuerdas cuando lloraba y me apoyabas?, y decías: le pegaré al imbécil por el que estés llorando.

Oh, mejor amigo, si supieses que eras tu el que causabas mis lagrimas en aquel entonces, no podrías pegarte a ti mismo. 

Tengo muchos recuerdos junto a ti mejor amigo. Y en todos ellos me enseñabas lo cruel de la vida. 

Recuerdo que siempre me esperabas en la puerta de casa para ir juntos a la escuela. Recuerdo que todas las tardes salíamos al parque que estaba a un par de cuadras de casa. ¿Lo recuerdas?.

¿Recuerdas aquel día en el que me dejaste plantada?, me habí levantado temprano por la mañana, cosa que tu sabías que nunca sucedía. Tomé una larga ducha de agua fría para relajar mis mísculos, tomé mi mejor playera, desayuné unas deliciosas tostadas y me senté en el sofá a mirar televisión, hasta que se hiciera la hora de irnos. Salí de casa y caminé esos 56 pasos  que nos separaban. Al no verte en la puerta de casa, entré toque la puerta, tu madre me abrió y me dijo que ya habías salido. Me pareció raro que no me ayas esperado y caminé hacia la escuela para ver si estabas bien o había pasado algo. Te encontré allí mejor amigo. Pero de la peor manera posible. Estabas besando a una chica como yo quería que me besaras. Pensé por un momento, en ir a arrancarle los pelos a esa rubia teñida pero sin darme cuanta, ya estaba en medio de una mar de lágrimas. Entre a la escuela cabizbaja y me dirigí al baño, pasé las dos primeras clases encerrada en el tercer baño llorando como marrana, esas clases las tenía contigo y no quería verte a la cara o no me rresistiría a escupirte. Al segundo toque de timbre, lavé mi cara y me dije a mi misma, "eres fuerte Mar, lo eres". Seque mis lágrimas y salí de allí con la cabeza en alto. 

Había decidido ignorarte en la escuela y hablar contigo en nuestra salida habitual de la tarde. Salí de escuela y corrí hasta casa lo mas rápido posible. Esperé que se hiciera la hora y salí no estabas en casa como era de lo esperado. Así que decidí reflexionar sola al parque, necesitaba aire fresco. Mientras caminaba por la vereda dirigiendomé a la banca en la que era habitual sentarnos, elevé la cabeza y alli estabas tu, con ella. Susurrándole cosas al oído mientras reían y se besaban, la habías llevado a nuestro lugar. Volvió a doler y mi corazón se volvió a romper. Giré sobre mis talones mientras que una lágrima rebelde se escapaba por mi mejilla.


Ese día me cambiaste, Ansel. Ese fue otro de nuestros cambios, me cambiaste.

Atentamente: alguien en quien no dudaste en cambiar más de mil veces.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 25, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

GraciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora