Un seguidor más en Instagram, que llevó a mensajes en Whatsapp.
-"You are not my Daddy and i'm not you babygirl"
-"You are a Crybaby"
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Fanfic con temática de Instagram y Whatsapp.
Rubén llevaba consigo su celular y no despegaba la mirada de su pantalla, que mostraba el perfil de la chica para ver si publicaba alguna pista. Continuaba caminando entre chicas en bikini, muchos eran celestes, de modo que no la encontraba, hasta que en su celular llegó una notificación de su contacto favorito.
Marie_dunn ha subido una nueva foto.
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"Cómo no amarla?:* @taytay"
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De ese modo, al ver la imagen, Rubén reconoció el sitio y miró a su izquierda, donde estaba ella con una chica bronceada, charlando entre ellas mientras que el chico que les tomó la foto se retiraba. En una mesa vacía dejó su mochila con sus pertenencias y se quitó la camisa dejando mostrar su abdomen algo marcado. Entró a la parte baja donde platicaban y se puso junto a Marie, tomándola de la cintura con una mano. Taylor lo miró extrañada, pues no lo conocía, hasta que Marie le dirijo la mirada, sonriendo.
-¿Eres tu?
-¿Quién mas? Por cierto, mi nombre es Rubén.
-Rubén -después de decir ese nombre se le echó encima abrazandolo mientras Rubén solo sonreía con sus manos posadas en el trasero de la chica para evitar que cayera. -Sé que me sacarás de muchos apuros aquí, no conozco nada ni nadie, solo a Taylor.
La rubia se bajó del chico, quien miraba a Taylor con mala cara. La morena de devolvía el mal gesto y era evidente que no se llevarían bien. Las horas pasaban y el sol llegó a un punto que dolía no estar bajo la sombra, pero Marie y Rubén se quedaron jugando en la piscina mientras que Taylor se fue debido a un compromiso. Mientras la chica estaba distraída Rubén sacó su teléfono que tenía puesta una funda a prueba de agua y aprovechó para tomarle una foto. De vez en cuando le tomaba unas bajo el agua sin que se diera cuenta o se las tomaban juntos.
Al irse decidieron irse juntos, pues mientras charlaban descubrieron que vivían en el mismo edificio, dato que aliviaba a Marie. Comenzaron a caminar por el pasillo donde residía la ojiazul mientras Rubén la acompañaba para despedirla, hasta que la chica paró en seco.
-¿Pasa algo? -dijo Rubén mirándola fijamente a los ojos.
-No, aquí es.
-¿Ahí vives? Debes estar de coña.
-Va en serio, tio ¿Por qué?
-Vivo en la puerta de al lado.
Hubo un silencio incómodo entre ambos, hasta que Marie no pudo resistirse mas y sonrió.
