El día que llegaron

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Llegué a casa y lo primero que vi al entrar por la puerta de mi casa, fue una nota encima de la encimera de la cocina. Como yo me suponía , mis padres se marchaban a Nueva York para concertar negocios. Volverían dentro de una semana.
Suspiré y busqué a Skit , él vino corriendo hasta mí . Entonces me dí cuenta de que no estaba sola porque Skit siempre estaba a mi lado haciéndome compañía , quizás en otras familias la rutina diaria era ir juntos a comprar, cenar juntos... pues en la mía no. De hecho me costaba demasiado definir el concepto de familia , en ese momento me juré a mi misma que a mis fututos hijos jamás los dejaría solos. Todavía no entendia ese afán de tener hijos ,por capricho o por estar integrado en la sociedad modélica que nos mostraba la publicidad.

Traté de ser más optimista pensando que gracias a pasar las horas solas, me había vuelto más autónoma. Pero a quien trataba de engañar, un vacío , pequeño, ambicioso quería apoderarse de mí. De repente el teléfono de casa sonó.

-¿Diga ?- pregunté

-Hola cariño, soy mamá , quería saber si habías llegado a leer la nota que dejamos -dijo mi madre

-Sí claro que la he leido- dije , ¿es que no era evidente ?pensé.

-Bueno, hay pollo asado en la nevera y puedes cocinar arroz o si prefieres hacerte una ensalada-dijo mi madre

-Sí, vale-respondí

-Cariño, te tengo que dejar, pórtate bien y acuérdate de rellenarle el cuenco de comida a Skit-dijo mi madre despidiéndose.

-Adiós-dije , apagando el teléfono.

Cené mirando la televisión , miré a Skit que babeaba por probar el muslo de pollo que sostenía en el tenedor. Compasiva le lancé el hueso , que fue atrapado en el aire rápidamente. Me reí , tener a Skit me reconfortaba. Después apagué la televisión y dejé el plato en el lavavajillas.

Empecé a hacer los deberes de álgebra, tan aburridos e insignificantes . Pensé ¿Para qué me sirve a mí esto ?Porque yo no voy por la calle diciendo : -oiga, póngame una ecuación (x-2y) de pescado . Yo creo que con las sumas, restas ,divisiones, multiplicaciones sería suficiente para poder vivir. Eso no quita que aquellos que quieran ser matemáticos científicos se les ofrezca la enseñanza del álgebra, trigonometría , funciones....

Cuando acabé , saqué a pasear a Skit. Mientras caminábamos , Skit no paraba de tirar de la correa. Parecía alterado e incluso nervioso. Skit tiró de mí hasta la antigua biblioteca, de repente paró de caminar y empezó a ladrar .

-Skit, ¿Por qué ladras, si no hay nadie por la calle?-le dije

Él me miraba y luego dirigía su mirada hacia la antigua bilbioteca, y volvía a ladrar.

-Skit ¡ para ! vas a despertar a todo el vecindario con esos aullidos- dije

Volvimos a casa y me quedé pensando en porqué Skit se comportaba de un modo tan extraño. Me vino a la cabeza que era probable que hubiese alguien en la biblioteca . NO. Una cosa impensable , traté de quitar esa idea de mi mente, pues me daba escalofríos saber que alguien o algo se escondía en la Antigua Biblioteca.

Recogí el salón y me subí a mi habitación. Me tumbé en la cama y cerré los ojos intentando dormirme. Un chasquido contra la ventana me desspertó, me levanté abrí la ventana y no ví absolutamente nada. La niebla cubría la calle y una ráfaga de viento entró por mi habitación. Con los ojos cerrados intenté cerrar la ventana y cuando abrí los ojos me encontraba en otro lugar. Era un edificio , lleno de libros, con mucha luz. Entonces reaccioné ¡Estaba en la Antigua Biblioteca! , de repente escuché unas voces , unas voces que sonaban a niños. Me dirigí lentamente entre las estanterías de libros , hacia las voces. Los vi, había dos niños, concretamente una niña y un niño sentados en el círculo metálico. Estaban jugando, la niña de rizos claros me recordaba a alguien, me acerqué más y vi su rostro. Me quedé atónita, esa niña era yo . Pero, quién era el niño. Los dos llevaban una diminuta llave con la que jugaban arrastrándola por el suelo del círculo. De repente las llaves se quedaron encajadas y se abrió el círculo en dos mitades, asustada corrí a coger a los niños pero era demasiado tarde, caímos .

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