Comienzo

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Carolina POV:

Hoy por fin era viernes. Me levanté de mi cama algo cansada ya que dormí muy tarde leyendo "The Isle Of The Lost." Me dí un baño y me puse unos pantalones largos, una camisa blanca con diseños negros y unos converse negros. Dejé mi pelo suelto y bajé para desayunar. Mi padre estaba leyendo un periódico de hace una semana atrás y mamá poniendo los platos en la mesa.

- Buenos días.- dije sentándome en la mesa.
- Buenos días mi niña. ¿Cómo dormiste?- pregunta mamá
- Bien, supongo.- dije dudando.
- ¿Y tu hermano?- preguntó.
- No lo sé.- contesté.

Empecé a comer cuando mi mamá sirvió la comida y se escucharon gruñidos y más gruñidos por parte de mi hermano. Mi padre dejó el periódico a un lado y comenzó a comer. En eso baja mi querdio hermano con el pelo despeinado y en pijamas.

- LUIS.- gritó mi mamá cuando de pronto Luis se cae.

Comencé a tocer ya que me había ahogado con mi propia saliva y luego empecé a reír como nunca antes. Ahora no estaba riendo como una persona normal, ahora parecía una foca con retraso. Mi hermano se levantó con pereza y se sentó en la silla mirando su rodilla derecha que sangraba. Mamá cogió una toalla y se la dió para que se la colocara en la rodilla.

- Hermano, para la próxima miras para el piso.- dije y comencé a reír de nuevo.

Él me dió una de sus mejores sonrisas sarcásticas y comenzó a comer. Una alarma sonó en todo el pueblo haciendo que mamá y papá salieran casi corriendo de casa.

- Nos vemos mis amores. Los amo.- dijo mi mamá muy rápido y cerraron la puerta de golpe.

Dejé de comer y miré a mi hermano que comía como un cerdito.

- Se me quitó el hambre.- dije empujando mi plato hacia el frente y coloqué mi codo en la mesa.

Mi hermano me miró apenado y dejó de comer también. Recogí mi plato con pereza y lo dejé en la nevera para más tarde. Luis hizo lo mismo, se bañó, se vistió, se peinó y nos fuimos de casa. Cogimos nuestras bicicletas y comenzamos nuestro largo camino a la escuela. Luego de unos 25 minutos llegamos y dejamos nuestras bicicletas a un lado. Entramos a clase y nos sentamos en la última mesa juntos. La clase fue igual de aburrida y de ves en cuando jugaba con mi cabello al igual que mi hermano jugaba con el cabello de él. Llegamos a clase de biología y presté toda la atención posible ya que estaban hablando de plantas y árboles. Estaba escribiendo lo que había en la pizarra cuando me llega un papel hecho bolita en mi mesa. Abrí el papel y decía: "Raritos que son ustedes dos." Lo hice bolita otra vez y lo tiré a la basura.

- ¿Qué era?- pregunta Luis.
- Un payaso o una payasa que no tenía nada que hacer y escribió en el papel: "Raritos que son los dos."- respondí rodando los ojos.
- Tranquila.- dijo dandome un abrazo.

Así estuvo la clase y después nos fuimos a la cafetería y lo único que yo escogí fue un jugo de frutas y Luis un jugo de manzana. Nos sentamos en una mesa bastante escondida del resto y yo empecé a hablar de la clase de biología y la vegetación mientras mi hermano me escuchaba atentamente.

- ¿No te molesta que todo el día la rutina sea la misma?- le pregunté a mi hermano dejando mi jugo de frutas a un lado.

Él solo asintió y se encogió de hombros tratando de pensar en los problemas de nuestro triste pueblo. Me quedé callada pensando en nada. Trataba de asimilar los problemas, pero no tenían lógica.

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