Capítulo Único

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Era jueves y Valentín se dirigía al colegio, en el auto de su papá. Eran las 7:15 y estaban a dos cuadras del colegio. Cuando llegaron a la entrada, Valentín se despidió de su padre, quien vestía un traje, listo para ir a trabajar. Al entrar al edificio, la directora lo saludó muy amablemente. Luego del "Saludo a la Bandera" en el patio, Valentín se dirigió al salón de 2do año junto con sus compañeros, riendo y divirtiéndose.

Aunque tiene 13, parece un chico de 10 años. Tiene el pelo castaño y ojos de color café. Juega al fútbol todos los sábados y practica natación los domingos. A simple vista parece un chico común y corriente, pero muy en el fondo, muy dentro suyo, guarda un secreto muy reservado que ni siquiera su familia sabe. Tiene un novio. Si, así como lo oyen. Tiene novio. Tiene 17 años y se llama Rodrigo.

Rodrigo va a un colegio diferente al de Valentín, cursa a 6to año del secundario, es rubio, de un color de ojos bastante peculiar, son ámbar con anillos rojizos. Estudia y trabaja, a veces de delivery boy, otras de mensajero. Pero hay veces en las que oficia de "profesor" para chicos de cursos inferiores. En una de esas oportunidades conoció a Valentín. Sus padres lo habían contratado porque el pequeño andaba flojo en Inglés y Matemática. Ellos habían quedado maravillados con lo que el adolescente había hecho con su hijo que también decidieron confiarle la responsabilidad de cuidar de Valentín cuando ellos se ausentaban, aprovechando que Rodrigo es hijo único.

Palabras van, caricias vienen, la temperatura sube y terminaron siendo novios. (No rima, pero igual, terminaron siendo novios...)

Ése día, en el colegio de Valentín, había ingresado al curso un chico nuevo llamado Uriel, repetidor, algo rebelde, con el pelo teñido de azul. Tenía una cara de tener pocos amigos. Bueno, la mayoría de sus antiguos compañeros habían sido promovidos o cambiados de colegio, por eso la cara de mal humor.

La profesora, que lo conocía perfectamente, lo sentó en la fila del medio al fondo, en donde no había casi nadie. Más adelante, en el segundo escritorio, se sentaba Valentín, con una sonrisa radiante de oreja a oreja. No se percató de que Uriel lo contemplaba de una manera sumamente pervertida.

La clase continuó con total normalidad. La profesora daba tarea, los chicos la hacían y ella corregía. El timbre del recreo sonó, pero como la mayoría no había terminado los deberes, varios chicos se quedaron a terminarla, excepto Valentín que fue el primero que había terminado todo. Salió al patio, en donde anteriormente estaban todos los cursos formados ante la bandera, sacó un paquete de galletitas de su bolsillo y se dispuso a comer, junto con un jugo que había comprado en el kiosco al bajar de su salón.

Poco a poco, los alumnos iban saliendo de sus respectivas aulas a poblar la gran extensión de asfalto, que finalizaba en un pequeño bosque formado por pinos y alerces. Había algunos bancos en él, en el cual uno de ellos era ocupado por Valentín. Cuando Uriel apareció en las escaleras, buscó con su mirada por todos lados a ese chico que tanto le llamó la atención. Vio que estaba sentado en un banco, solo, al fondo del patio. Sin pensarlo, fue directo a donde él estaba. Pero el timbre del regreso a las aulas lo detuvo.

Valentín se levantó y se dispuso a ir a su salón, pero antes, surgió un imprevisto. Debía ir al baño. Uriel, presenciando la secuencia, decidió seguirlo. Con mucho sigilo, entró al baño de varones, y atrapó por detrás a Valentín, tapándole la boca para que no gritara. Luego de varios forcejeos, Uriel logró poner de frente a ese pequeño indefenso. Valentín pudo comprender todo gracias a la sonrisa malévola y la mirada lasciva que se dibujaban en el rostro de su atacante. Sabía que iba a ser humillado de la forma más horrible posible y no habría nadie que lo ayudara ni nada que lo impidiera. Ni siquiera con su novio pudo concretar el acto por vergüenza y pudor, lo cual Rodrigo respetaba firmemente. Lo único en lo que pensaba Valentín era en Rodrigo, mientras empezaban a caer lágrimas de sus ojos cerrados.

El Amor lleva a La Locura (One-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora