1.- cumpleaños, caras tristes, y malteada de chocolate

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El sol estaba en todo su resplandor, colándose por entre las nubes.

La castaña de nombre Ciara, se encontraba plácidamente dormida, había tenido una larga noche terminando trabajos del colegio.

Unos jalones de cabello, interrumpieron su sueño.

—¡Cinco minutos mas!– rogó con voz somnolienta.

—Vamos Ciara, ya despierta.

—¡Tenemos hambre!– dijeron los gemelos hermanos de Ciara.

Esta al oír las suplicas de sus hermanos, se levanto con pereza a hacerles de desayunar. Se coloco sus pantuflas y observo el color  celeste –que en partes estaba mezclado con moho– que llevaban las paredes de la habitación en la cual dormía.
Hizo una mueca de disgusto e ignoró todo a su alrededor. Se dirigió a la cocina, abrió las puertas de la alacena y no se sorprendió al no encontrar absolutamente nada.

Volteo a ver a sus hermanos, y diviso su cara de tristeza.
Puso la mejor sonrisa falsa que pudo y les dijo:

—¡Hey! No se preocupen, iré a sacar dinero de mis ahorros.
Los niños sonrieron al escuchar que de alguna manera, no tendrían el estomago vacío. Y podrían comer la comida mas importante del día.
Tomo rumbo a su habitación, rebuscó entre los cajones el tarro que decía "ahorros" en letras cursivas. Lo abrió, y soltó un suspiro al ver la poca cantidad de dinero.

$250. Dolares era todo su dinero y tendría que mantener a sus hermanos con eso. Tomo $50 dolares, dejando solo 200 para sobrevivir lo que quedaba del mes.
Salió a la cocina y grito un "¡ya vuelvo!" serró la puerta y se puso a bajar las escaleras para llegar al primer piso donde se encontraba la recepción. Ciara vivía en un hotel de mala muerte, no era de su gusto pero fue lo único que su madre pudo pagar, y ahora que Ciara estaba en su ultimo año de secundaria se dedicaría a trabajar y estudiar para lograr sacar a su familia de ese lugar al que ella llamaba "basurero".

Ciara no se quejaba de lo mucho que se esforzó su madre para darles un lugar donde vivir. Ya que esta trabajo día y noche con solo tres o cuatro horas de sueño solo para mantenerlos y salir adelante.

Después de caminar unas calles llego al supermercado. Entro y se dispuso a buscar huevos leche y café.
Ya con todas las cosas en mano, fue asta la caja a pagar por sus alimentos.

—Son 12 dolares cariño.– hablo la cajera detrás del mostrador.
Ciara se dispuso a pagar, y salir lo más rápido de ahí.

Llego a casa, subió las largas y estresantes escaleras, abrió la puerta y fue directo a la cocina.

—¿Qué comeremos hoy?– pregunto Clara, uno de los gemelos. Los gemelos estaban conformados por Clara, una dulce niña de pelo castaño hasta la cintura, ojos color miel, de 1,40 metros de altura y una dulce y adorable sonrisa. Y Nathan un chico igual a Clara solo que con 1,50 metros de altura. Los gemelos eran muy unidos, eran simpáticos, y les gustaban los paseos al aire libre. Cosa que no hacían hace ya varios mese ya que su hermana estaba muy ocupada en la escuela y su trabajo de medio tiempo.

—Les daré huevos. Y en la noche los recompensare con pizza, ¿les parece?– contestó Ciara.

—Pizza ¡genial!– exclamo Nathan. Ciara solo le sonrió.
Termino de prepara los huevos, los sirvió en tres platos. Tomo la leche y la vertió en tres vasos, puso todo sobre la mesa que había en la cocina y llamo a sus hermanos para que vengan a desayunar.

—¡El desayuno esta listo!– grito. Natahn dejó sus cuadernos y Clara sus muñecas. Se sentaron uno al lado del otro y Ciara en frente.

—Ciara  ¿qué aremos por nuestro cumpleaños?– pregunto Nathan.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2016 ⏰

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