➍ Una vida junto a ti

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—¿Y éste?

—No.

—Entonces prueba con éste.

—Mmgñ...tampoco —las mejillas de Xiumin se inflaban ante la desesperación por subirse aquellas prendas que su dueño le tendía, casi habían intentado con medio closet y ningún pantalón de JongDae le había subido de las rodillas para arriba.

—Bueno, yo estoy algo flaco, tus piernas están un poco más musculosas que las mías...—intentó cuidar sus palabras para que el híbrido no las malinterpretara—. Me temo que tendrás que ir con alguno de mis pantalones deportivos, espera aquí...

El pelirrojo parpadeó un par de veces antes de soltar un largo suspiro al ver al pelinegro caminar de aquí para allá en el amplio armario.

—Puedo transformarme en hámster, vamos a la tienda y en los probadores me transformo en humano.

—No es mala idea, pero no puedes probarte la ropa sin ropa interior y yo me voy a ver muy raro con unos bóxers en la mano.

Xiumin se rió quedito antes de ponerse todo colorado al imaginarse la escena, se agarró las mejillas intentando ocultarlo, pero JongDae ya lo había visto y le devolvió la sonrisa ahuecando su rostro con sus manos. El híbrido encontró el gesto tan íntimo que cerró sus ojos y se recargó contra las manos masculinas de su dueño, dejándose embriagar por el olor de su colonia mientras su colita se movía de un lado para otro dentro de su apretado bóxer, provocando que el roce con la tela produjera un sonido que acabó con la atmósfera.

—¿Qué es eso?

—Ay —dijo en un quejido el pelirrojo, llevándose sus manos a su espalda en un intento por mantener quieta su cola—. Y-yo... es mi cola, lo siento, siempre pasa cuando estoy feliz, no puedo mantenerla quieta.

En otras situaciones JongDae hubiese hecho una broma de mal gusto, pero no ahora, no con Xiumin, quien había demostrado ser toda ternura e inocencia así que se limitó a sonreír como sabía que le gustaba a su híbrido y apretarle una de sus mejillas regordetas.

—Me temo que tendrás que resguardarla hasta que encontremos un pantalón de híbrido para ti.

🐹

Sería una mentira si el hámster dijera que había paseado en un auto en su forma humana, así que esta era su primera vez en un vehículo, JongDae sonreía como un tonto mientras el híbrido se dedicaba a observarlo todo y él le ponía el cinturón de seguridad.

—¿Para qué es esto?

—Es para que te sientas seguro en caso de que algo suceda, se llama cinturón.

El pelirrojo observó a JongDae con esos ojos perfectamente delineados y almendrados, poniéndolo nervioso al notar la intensidad con la que éstos brillaban mientras lo miraba.

—¿No puedes ponerme un cinturón que me ate a ti?

El pelinegro no sabía qué había hecho en su otra vida para merecer un chico como el que tenía delante; le parecía la persona más dulce e ingenua de todo el planeta, una que curiosamente había terminado con él, la persona más burlona y malpensada del mundo.

—No necesitamos uno, siempre voy a estar a tu lado. —le acarició su sedoso pelo pelirrojo y le besó la frente antes de cerrar la puerta del copiloto y subirse al carro con esa típica sonrisa de gato que había permanecido impresa desde que salieron de su piso.

Tardaron casi media hora en llegar al centro comercial entre risas y canciones que el híbrido cantaba sin esfuerzo ante un maravillado JongDae. Como era un día cualquiera entre semana no estaba tan lleno, pero eso no fue impedimento para que Xiumin llamara la atención tanto de humanos como de otros híbridos. No era para menos, si todos eran como el pelinegro se asombrarían de que el pelirrojo fuese un hámster y sus orejas no fueran como las de un perro o las de un gato; era muy extraño ver híbridos de otra raza que no fuesen las dos más comunes.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2016 ⏰

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Gordito y glotón | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora