Esta parte ya la escribí antes, invocando a un amor pasajero pero profundo que un día marcó mi vida, pero que con marcha y sin retorno, entre dunas y desiertos, desapareció tal y como llegó.
La historia que quiero relatar no empieza con alguna alegría... La desdichada protagonista no sabe en que momento acabará el delirio que presenta, tan solo sabe que el día a día muestra algo que en el corazón es certero, tiene que olvidar a ese gran amor a quien hirió sin querer y tan grande fue el dolor que le propinó, que se fue para nunca más volver...
La historia empieza en el final de mis días entre los cuales descubro como llegué a parar entre este barranco y el cielo profundo ; y tan solo el primer gran recuerdo muestra la alegría del rostro ahora luce siempre sombrío