<Mi nombre es Nina>

Lo que soy parte I

El no esta, salio de la cabaña muy temprano, mi casa no esta muy lejos de aquí, no me seria difícil ir a darle un vistazo a mi madre y a mi tía, sin embargo no quiero, tengo miedo, además, tengo una nueva familia, este chico tan extraño es mi nueva madre, mi nuevo padre, mi hermano menor, es mi todo.

Así deben de sentirse los cachorros cuando alguien los adopta, han estado tanto tiempo merodeando entre los botes de basura que ahora que tienen un amo, mueven la cola de lado a lado, abriendo el hocico de pura felicidad, así me siento yo, como un perro con amo nuevo. pero tengo miedo, tengo miedo de matar a mi amo con lo que soy.

-en el pueblo las personas ya están despiertas- dice el con una media sonrisa con varias cosas cagando, de inmediato, salto de la cama y le ayudo a pasar "un perro meneando la cola" me digo a mi misma dentro de mi cabeza,  saco de los costales algunas cosas como patatas, tomates, un pollo crudo, unas cebollas y me topo finalmente con una tela floreada.

-es un vestido muy bonito- me dice ladeado la cabeza desde la puerta, diciéndome con la mirada que me pertenece, no se que decir, y no se que expresión tener, sin embargo me quito la ropa de inmediato y me lo pongo, la tela es tan suave, huele un poco extraño, pero no esta del todo mal.

-ahora pareces un humano-dice el caminando hacia mi, extiende sus manos sobre mi cuello y saca mi cabello de abajo del vestido.

-gra..gracias- alcanzo a decir

-es un regalo, pero a partir de hoy deberías de dejar de cambiarte frente a mi, no deberías exhibir tu cuerpo tan a la ligera- lo había olvidado, siempre viví con mi madre y mi tía, desde que mi padre murió no tengo conciencia de los hombres, me siento triste por mi actitud y agachó la cabeza en señal de vergüenza.
-¿de verdad tu madre no estará preocupada? - me pregunta con preocupación.
-alguien del pueblo te ha dicho algo cierto?- el se rasca la cabeza alborotado su cabello rizado color café, y asiente tímidamente.
-ellos dicen que eres un demonio, la anciana que vende especies me dijo que me alejara de tu casa, ella estaba aterra...- me miró, supongo que se apeno de llamarme de esa manera, pero yo ya estaba acostumbrada.
-¿quieres ir al bosque conmigo?- le respondí, el sonrió y salió de la casa, yo le seguí cerrando la puerta de madera, estaba preocupada de asustarte si le contaba todo sobre mí.