Capítulo 2.

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Era jueves, y como cada jueves en la taberna se solía organizar un evento especial: monólogos, espectáculos de magia, de música... Y no me perdía ninguno. La gente disfrutaba y yo disfrutaba de ello, me despejaba la mente. 

Me despedí de Groot, que agachó la cabeza tristemente, pero le prometí que le daría un paseo nocturno y rápidamente meneó el rabo, feliz por mi sugerencia. Llevaba una camiseta de tirantes, un pantalón corto y unas sandalias, acorde con el caluroso aunque agradable ambiente que caracterizaba esta zona. 

Sin más preámbulos me dirigí hacia el lugar. El Sol aún luchaba por quedarse un ratito más, pero la oscuridad le ganaba terreno. En esa lucha, el cielo manchado de esa color turquesa observaba a sus dos estrellas, tan magníficas la una como la otra. Al llegar, una multitud aguardaba en el exterior, charlando, riendo. En el interior el ambiente ya estaba animado y los camareros, a los que saludé con una sonrisa, iban y venían con las bandejas. Todo estaba preparado para la actuación, un micrófono y un taburete en solitario decoraban el escenario. El foco de luz ya preparado y el fondo con una pantalla negra.

  Ya en la barra, reconocí a Albert. Era un hombre especial, mágico como lo era aquel lugar. Llevaba toda su vida en este rinconcito y su sonrisa contagiaba, era la esencia de este pueblo. Era amable con todo el mundo, clientes y compañeros de trabajo. Era imposible no guardarle un cariño especial. 

          - Hola, Albert.- Saludé con una sonrisa. 

          - Lauren. ¡Qué alegría verte por aquí! ¿Cómo estás? ¿Vienes a ver la actuación?- Respondió mientras terminaba de secar un vaso. Su resplandeciente sonrisa alumbraba el local entero. 

          - Tengo muchas ganas de ver la actuación.- Asentí con la cabeza a la vez que respondía.-¿Sabes quién viene hoy?

Me sonrió misteriosamente, justo lo necesario para que mi intriga creciese. 

         - Es una sorpresa, si te lo dijera ya no lo sería. Además, has venido como cliente así que estás vetada.- Me guiñó un ojo y soltó una pequeña carcajada. Antes de que me diera tiempo a responder se alejó tras la barra. 

Me giré en el taburete y observé a la multitud. Sentía la excitación resurgir a medida que avanzaba el tiempo, yo había tenido esa sensación hacía mucho tiempo también pero detrás del escenario, y ahora que era espectadora sentían una nueva emoción por dentro. Sinceramente, la nostalgia me invadía. Tenía muchas dudas porque no sabía si había hecho lo correcto al irme, había sido definitiva con mi decisión pero ello no quería decir que no tuviese dudas respecto a las consecuencias porque precisamente yo había luchado por conseguir ese sueño, ¿y ahora lo tiraba a la basura? 

           - Esta Coca-Cola para la chica con los ojos más bonitos de esta ciudad. - Una voz detrás de mi me despertó de la espiral de pensamientos de la que últimamente no salía. De nuevo, esa sonrisa transparente de Albert. El entrecejo fruncido me delató, y su sonrisa parpadeó un instante.- Eh, ¿estás bien?

          - Sí, Albert, no te preocupes, no es nada.- Intenté dibujar de nuevo una sonrisa lo suficientemente convincente como para despejar cualquier atisbo de preocupación sobre mi. Le di las gracias por la Coca-Cola e intenté pagársela pero no me dejó. La mirada de Albert recababa lo que los dos ya sabíamos; había mentido como una jabata. Se podía leer en mis ojos, y en cada palabra que pronunciaba, él lo sabía. Me sentía mal, como si estuviera decepcionando a alguien o a algo pero aquella noche no. 

Justo en ese momento, la intensidad de la luz disminuyó, provocando así que la atención de las miradas volviera hacia el escenario donde el foco de luz alumbraba a un chico, de mediana edad. Una guitarra colgaba en sus hombros. La actuación me había salvado por los pelos. Los clientes aplaudieron y el chico sonrió mientras ajustaba el micrófono. 

           - Hola, buenas noches.- Saludó con una sonrisa sobre los labios, oteando a la clientela.- Espero que todos estén disfrutando de la noche. Mi nombre es Ryan y, con mi humilde voz y mi guitarra de compañeras, voy a cantar algo de Avicci. 

  Feeling my way through the darkness
Guided by a beating heart
I can't tell where the journey will end
But I know where to start  

Las primeras notas de la canción fueron como una brisa cálida en el invierno. Ryan, con su voz, supo ganar al instante al público con su mirada y su dulce sabor de guitarra de verano. 

They tell me I'm too young to understand
They say I'm caught up in a dream
Well, life will pass me by if I don't open up my eyes
Well, that's fine by me

So wake me up when it's all over
When I'm wiser and I'm older
All this time I was finding myself
And I didn't know I was lost

Hubo un momento decisivo, esa milésima de segundo en que todo de repente empezaba a cobrar sentido. Un "clic" que te absorbe por completo y deja tu mente inactiva, como ausente. Es en ese segundo cuando la realidad explota en mil pedazos y ves con claridad todos esos recuerdos, como si despertases del letargo que, sin saberlo, podía consumirte (y lo estaba haciendo). Su ritmo, lento aunque al compás, recogía su espectáculo en una magnífica obra de arte. Sus ojos transmitían lo que sus palabras significaban antes de que ellas fueran entonadas. No pestañeé ni un instante, sus palabras me atravesaban como estacas de hielo.

I tried carrying the weight of the world
But I only have two hands
I hope I get the chance to travel the world
But I don't have any plans
I wish that I could stay forever this young
Not afraid to close my eyes
Life's a game made for everyone
And love is a prize

So wake me up when it's all over
When I'm wiser and I'm older
All this time I was finding myself
And I didn't know I was lost

Al finalizar todo el mundo se puso en pie para ovacionar a Ryan que, abrumado, agachaba la cabeza. Yo ni siquiera podía aplaudir, el "shock" de la canción desarticulaba cualquiera de mis actos. Realmente parecía como si aquella melodía de esas notas tan cálidas me estuviera queriendo decir algo. Daba miedo, pero a la vez me abría paso a una realidad diferente de la que había estado viviendo hasta el momento.

 Cuando quise darme cuenta, el chico se había marchado del escenario y algunos clientes también se marchaban. Cogí mi bolso y me largué de allí, necesitaba aire fresco. Caminé hasta la playa, guardé las sandalias en el bolso y sentí como el agua empapaba mis pies. Algunos que disfrutaban de la noche me miraron con un gesto de curiosidad pero no le dieron demasiada importancia. Todo lo que estaba pasando era increíble. ¿Pero qué era? Sentía mi corazón latir como nunca antes recordaba, tanto que parecía a punto de salirse de mi pecho. 

Not afraid to close my eyes 

Cerré los ojos y me llevé las manos a la boca en un gesto de impresión al escuchar mi voz. 

Life's a game made for everyone 

Segundos después dejaba caer mis brazos, cerré mis ojos para evitar que una lágrima resbalase por mi mejilla pero fue inevitable.  

And love is a prize 

Cantaba tan, tan bajito que probablemente ni el viento pudo escucharme. La voz era rasgada por las lágrimas, temblaba por las lágrimas que caían sin remedio y se escondían en la arena. Temblaba también por la voz que durante tanto tiempo creí haber perdido.  

So wake me up when it's all over
When I'm wiser and I'm older
All this time I was finding myself
And I didn't know I was lost

Repetí esa última estrofa mil millones de veces (o así creí), probando mi voz después de tantísimo tiempo. Derroché más lágrimas que arrancaron de mi alma ese peso inerte que poco a poco me consumía. Y en medio de la noche supe que olvidar mi voz había sido uno de los errores más nefastos que había cometido durante toda mi existencia. 

          - Wow.- Un voz detrás de mi alteró el silencio en el que, sin darme cuenta, me había establecido. No lo noté, pero poco a poco se había ido acercando, sigilosamente, sin que pudiera percatarme de ello. 

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